Venezuela atraviesa el «peor momento de la pandemia» desde sus inicios en marzo de 2020 a juicio del médico infectólogo Julio Castro.
Aún así, el régimen anunció que habrá una flexibilización ampliada desde el 1 de noviembre hasta el 31 de diciembre y ratificó el llamado a clases presenciales a partir del 25 de octubre.
Según Castro, estos anuncios demostrarían la «incoherencia» en el manejo de la pandemia desde las esferas oficiales.
De acuerdo con los registros oficiales, en los primeros 17 días del mes de octubre se confirmaron 23.794 casos. El 13 de octubre fue el día con más nuevas infecciones reportadas de la tercera semana del mes, con 1,441.
El número promedio de contagios diarios hasta el 18 de octubre se ubicaba en 1.342, esto de acuerdo con el repositorio de datos virtual operado por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de las Universidad Johns Hopkins.
Escuelas abiertas pero vigilantes
En un foro radial en el que se analizó la situación del regreso a clases, Lila Vega, médico pediatra y miembro de la Red de Madres, Padres y Representantes, comentó que las escuelas deberían estar abiertas, pero siempre preparadas para cerrar de acuerdo con la situación epidemiológica local.
«Nuestros niños necesitan ir a la escuela, no es un servicio accesorio. Deben estar abiertas y, de manera responsable y segura, cerrar cuando sea necesario (…) Cada evaluación debe hacerse desde cada escuela y tomar la decisión. Para que funcione, se necesita compromiso de la escuela y de toda la comunidad educativa, organización y voluntariado», opinó.
Recalcó que para evitar brotes de COVID-19 en los centros de educación es indispensable garantizar que «no haya contacto entre las distintas burbujas».
Por su parte, Castro consideró que no hay una manera de controlar perfectamente la epidemia. Por la misma razón, es muy difícil prever que no se registren contagios de COVID-19 en las escuelas.
«Habrá casos, seguro que los habrá, lo importante es que lo identifiquemos inmediato, tengamos manual de procedimientos y se hagan definiciones. La escuela debe describir cómo va a operar en esa situación cuando un niño o maestro estén positivos», dijo.
También, cree que se debe entender que las realidades entre centros ubicados incluso en una misma ciudad son muy distintas.
«La realidad de un colegio privado en Caracas es muy distinta a la de un liceo por un tema de densidad poblacional. Las realidades son muy diferentes y, al tomar esas decisiones públicas sanitarias, debes tomar en cuentas ambos polos. Algunas escuelas podrán tener distanciamiento sin problema porque tienen menos niños y aulas ventiladas, pero algunos no tendrán casi nada por la situación de la dinámica social», alertó.
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