El Papa Francisco anunció este miércoles la beatificación de Juan Pablo I (Albani Luciani), quien fue la máxima autoridad eclesiástica por tan solo 33 días hasta que, en la madrugada del 28 de septiembre de 1978, fue encontrado sin vida en su cama.
El Vaticano reconoció como un milagro el caso de una niña argentina que hace 10 años estaba en estado vegetativo y sin esperanzas de sobrevivir, pero que se curó de forma inexplicable tras el rezo de su madre a Luciani.
Además de ser conocido como el “Papa de los 33 días”, el cardenal Luciani también fue conocido como el “Papa de la sonrisa”.
Su inesperada muerte, a los 65 años, desató supuestos de que había sido asesinado.
El papa Francisco aprobó en 2017 un paso anterior en el proceso de santificación de la Iglesia: una declaración de que Juan Pablo I había llevado una vida venerable, de “virtud heroica”.
Después de la beatificación, debe ocurrir un segundo milagro que debe ser aprobado por el Vaticano para que Juan Pablo I sea declarado santo.