Música de merengue caraqueño:
…Y todos dicen lo mismo
que tú me estás embrujando
que tú me estás acabando
y que ya no sirvo pa’ Nááá
que me ven y no me conocen
que ya no soy lo que era
que mi mal no tiene remedio
y que ya yo me perdí…
Amigos lectores, es difícil admitirlo, pero el 80% del patrón electoral venezolano cree, ve y oye en las breves estrofas del merengue caraqueño de Eduardo Serrano que encabeza este artículo, el reflejo de un país llamado Venezuela que hace apenas cinco años pretendía ser POOOTENCIA…
Y en realidad fue un país de primer orden, por lo menos en materia petrolera, con el complejo refinador de mayor capacidad existente, tercer lugar del ranking mundial; y el 9% del mercado de gasolina en el país de mayor consumo mundial de combustible. Hoy. de aquellos logros. no queda ni el recuerdo, que el régimen se empeña en borrar para disminuir su culpa en la conversión a basura de lo que fue joya productiva. Acusan con pertinaz empeño por vender su culpa del caos, a las sanciones económicas que impuso el imperio, vano intento de disfrazar la monstruosa incapacidad gerencial ejercida durante una regencia en el poder cercana al cuarto de siglo, que han malgastado, degradando la concepción del “Trabajo político” a tarea de “póngame donde HAIGA”, la armazón de trampa-jaulas, represión y pare de contar.
En la oscuridad del embrollo que nos envuelve, se desvanece a pasos de gigante el último gramo de esperanza.
Mientras tanto, ¿Qué hace el disperso caleidoscopio del activismo político?…
Multiplican. Sí, multiplican los factores de división. No hay manera de comprender la respuesta dada a las preguntas de la lectura actual del país. Cada supuesto líder, los expertos –se ignora la disciplina de la experticia—pero así los venden; analistas y politólogos de todo pelaje; jerarcas de la institucionalidad vigente, como de la que se aspira o es deseable en teoría. Magnates y Teóricos de cualquier filosofía. Dogmáticos, herejes y filisteos; vacas sagradas y cuanto bicho de uña tenga acceso a un medio, sea página, cámara, púlpito, estrado o tribuna, clama corazón en mano por la unión, tirando a ojos vista o trasmano para el lado de sus sardinas.
La continuidad y persistencia en los mismos pasos conducirá al mismo camino. y la más pequeña minoría (redundancia explícita) indispuesta, relancina y temerosa, pero bien atada estomacalmente, de nuevo voceará a voz en grito la victoria democrática del régimen en la “nosecuantava” elección libérrima y de ñapa, vigilada por una centenaria y pico de veeduría europea, preparada y a punto, gracias al detergente diplomático de rigor alistando a sus miembros para mirar, dotándoles con lentes de cuero e’ cochino que les mantendrán apegados a las normas y buenas costumbres de hacerse los suecos a su debido tiempo o ir en comisión a revisar las tres máquinas de votación en la Cruz de Tara tara y pasar revista al simulacro de votación realizado en Yaguaraparo, todo un ejemplo de orden, participación e impecable conducta del alto funcionariado de la bella y apacible ciudad interiorana, encabezados por el juez de paz don Crisanto Eulogio Marval Belandria ciudadano emérito fundador de la Cofradía de Vigilantes del Sagrado Corazón y director de la Escuela Federal Graduada “Bolívar Glorioso” cuyos espacios fueron gentilmente puestos a la orden de la autoridad electoral.
La comisión internacional comprobó y verificó con la colaboración de la junta electoral, apoyados por miembros del ejército de libertadores, los diáfanos procedimientos de limpieza, actualización y algunos reacomodos estructurales del patrón electoral (Léase: Marramuncias). Todo un éxito de organización y duchas preventivas.
La comisión internacional realizó su informe, leído ante la autoridad electoral para corregir cualquier concepto que pudiese ser mal entendido y antes de su partida disfrutaron de un agasajo de agradecimiento a su valiosa colaboración en los elegantes salones del restaurant-gourmet “El palacio del colesterol”.
Pedro J. Lozada