A los venezolanos nos ha tocado padecer una terrible crisis humanitaria. Durante más de veinte años hemos sufrido las consecuencias de un modelo corrupto impuesto por la fuerza, que ha aumentado los niveles de penuria y desigualdad a cifras nunca vistas. Somos el país más pobre del continente con un 94% de venezolanos con muchas necesidades. Las fallas constantes en los servicios básicos solo empeoran la situación, obligando a los ciudadanos a realizar toda clase de medidas para subsistir.
No es sencillo luchar contra un sistema tan hermético como el que vivimos, pero a pesar de los errores, quienes adversamos desde la práctica política al régimen, tenemos el compromiso de encontrar un camino que nos conduzca al cambio de modelo, que permita reconstruir al país y caminar al progreso social. El 21 de noviembre con las elecciones regionales, se abre una oportunidad para reorganizarnos y transitar ese camino.
El voto es una herramienta de lucha que permite a todos los pueblos ejercer presión y demostrar su descontento ante el autoritarismo y la corrupción. En Venezuela, hoy más que nunca nos sobran motivos para votar el 21N. Todo este año 2021 hemos hecho un esfuerzo democrático que ha generado una mejora en las condiciones electorales, permitiendo diferencias importantes en comparación a otros procesos.
Tenemos un nuevo Consejo Nacional Electoral, con dos rectores de alta y reconocida reputación, comprometidos con la democracia. No es perfecto, pero es el mejor CNE que hemos tenido en más de una década. También contamos con el compromiso de la Unión Europea de enviar a nuestro país una Misión de Observación Electoral, la primera que se autoriza desde el año 2006. Esa misión va a registrar todo el proceso, tanto lo bueno como lo malo que ocurra, siendo una voz imparcial que cuente al mundo lo que vivimos y que abrirá oportunidades para el proceso electoral. Su compañía también comprueba, una vez más, que contamos con el apoyo de la comunidad internacional.
Parte importante de este proceso es recuperar la confianza de los venezolanos. Este momento nos demanda unión y honestidad, para hablar con muchísima transparencia a todos los que sueñan con tener un país mejor, ya que la única manera de cambiar la realidad que vivimos es trabajando unidos. El fin último de nuestra causa no son las regionales de noviembre. Estas elecciones son solo un paso importante que dejará huellas y allanará el camino para futuras elecciones. Solo cuando todos los venezolanos dejen de sufrir y de sentir que viven en una pesadilla, podremos cantar victoria. El cambio de modelo político, el restablecimiento de una democracia plena donde no solo podamos votar, sino que se respeten nuestros derechos y libertades, es la meta.
Tras la noche más oscura, sale el sol. Tras tantos esfuerzos y trabajo duro, vamos a vivir un mejor mañana. No podemos dejar de intentar ese futuro próspero, con abundancia y sin penurias, que todo el país anhela. Mientras tengamos vida, insistiremos todas las veces que sean necesarias hasta conseguirlo.
Stalin González