Esta es la casa donde nacimos,
que mamá llamó mi charrascal,
donde se forjaron las esperanzas,
donde están los recuerdos
y las ilusiones de mi papá…
La casa que además nos vio
crecer, y hacernos hombrecitos…
La casa que mamá compró
con tantos sacrificios y donde depositó
toda la fuerza de su carácter.
Esta es la casa de la ilusión,
de los proyectos y los recuerdos
que mamá y papá forjaron…
…con sangre, sudor y lágrimas…
… y risas y carcajadas…de mamá.
Donde tenemos nuestras raíces
Sembradas, tan profundas… que apenas
miramos hacia allá y las vemos
como asoman, cual espigas,
con claridad meridiana…
La casa que nos vio llorar, reír, sufrir
y pensar.
¡Esta es la casa que ya no está!
La que llevamos dentro,
la que sale de vez en cuando…
la clase que allí asistimos
y la que damos a los demás,
la buena clase que allí aprendimos
y las que no pudimos…
o no quisimos.
Esta es la casa donde vivimos…
…y que sentimos y difundimos.
Esta es la casa que perdurará
en el tiempo…
Que quedará por siempre en nuestras vidas,
por nuestras vidas, por nuestros hijos y nietos y biznietos…
“… hasta la segunda y tercera generación
de los que me obedecen” dice mi Dios,
así será si así queremos… así será si así hacemos…
Esta es la casa de mi mamá,
esa es la casa de mi papá donde siempre viviremos.
William Amaro Gutiérrez