Desde que comenzó la presidencia interina de Juan Guaidó, como respuesta a la usurpación del Ejecutivo Nacional, el rechazo a Nicolás Maduro se mantiene y es inocultable, como quedó demostrada en México, en la propia conferencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde fue repudiado como dictador a grito abierto.
La declaración fue hecha por el ingeniero Daniel Orellana, secretario general de Voluntad Popular en Lara, quien añadió que son 60 países democráticos los que no desmayan su apoyo al pueblo venezolano en su lucha por lograr su democracia y la recuperación de las instituciones, actualmente secuestradas por la dictadura.
El descontento expuesto en México se repite a diario en toda la comunidad internacional, que está ansiosa de que se le busque la solución a los graves problemas que padecemos los venezolanos.
Maduro, tratando inútilmente de confundir a unos pocos ciudadanos, ha dicho que su presencia salió fortalecida frente a lo que él llamó provocadores, como fueron los presidentes que alzaron su voz para decirle frente a su cara su repulsiva condición de dictador.
No puede, aunque lo pretenda, descalificar, el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el cual ha sido dado a conocer al mundo para evidenciar que el régimen persigue, apresa y mata a los disidentes, presentando cifras alarmantes.
Desvió la atención en torno a las conversaciones del régimen y la oposición en México con el absurdo nombramiento de Alex Saab como representante principal de su dictadura, pero lo que estaba era disimulando su viaje a ese país para asistir a la conferencia de la Celac. Fue un “pote” de humo. Pero, salió trasquilado. De modo, pues, que ni con jugadas sucias como esa pudo evitar el rechazo que está recibiendo, terminó diciendo el ingeniero Orellana.