«El Alzheimer es la forma más común de la demencia y acapara entre un 60% y un 70% de los casos”, dice la OMS.
Los ratos de lucidez de una persona con Alzheimer podrían compararse con renacer y desvanecer otra vez. Ellos vuelven y toman conciencia de quienes son, lo que son y dónde están, tanto, que hasta preguntan por alguna persona, querida por lo general; pero siempre se van.
Al hablar de Alzheimer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de demencia y la define como el síndrome de deterioro de la memoria, del intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
El Alzheimer es la forma más común de la demencia y acapara entre un 60% y un 70% de los casos, refiere la OMS en su página web.
«Un viaje hacia un diagnóstico de demencia a tiempo, es el slogan de este año para la Alzheimer Disease International (ADI) y todas las organizaciones que se ocupan de la salud mental asociada a la demencia.
Sili Zambrano, desde su experiencia como cuidadora, recomienda atender a las personas con Alzheimer desde el amor y la comprensión y buscar formas de hacer que cumplan actividades básicas como comer o bañarse, a través de técnicas como las que se usan con los niños pequeños. “Siempre por las buenas. Nunca por las malas, nunca una mala cara, ni una mala mirada. Nunca grito. Nunca una palabra fuerte… Se gana mucho con una sonrisa… con un te quiero… con amor», dice.
La psicóloga y Directora Ejecutiva de Fundación Alzheimer de Venezuela, capítulo Lara, Misvely Pereira, explica que el Alzheimer es el más diagnosticado de los más de 66 tipos de demencia que existen y es una enfermedad neurodegenerativa, es decir, del cerebro.
Hay más de 150.000 pacientes con Alzheimer en Venezuela, de acuerdo con datos de la Fundación Venezolana de Alzheimer, lo que se traduce en 8 de casa 10 adultos mayores.
Refiere que cada tres segundos una persona en el mundo está siendo diagnosticada con algún tipo de demencia, según datos de la Alzheimer Disease International (ADI por sus siglas en inglés), los cuales están avalados por la OMS y la OPS.
La especialista explica que existen dos elementos claves para distinguir el Alzheimer de otras demencias y es la pérdida significativa de memoria, “esa dificultad para recordar palabras conocidas”; y también dificultades en cuanto a la orientación temporoespacial, es decir que le resulta cada vez más complicado ubicarse, entender dónde está, hacia donde va, tomar una ruta que era conocida y empieza a desconocerla.
En Lara las estadísticas que maneja Fundación alzheimer de Venezuela indican que cada profesional de esa organización atiende mensualmente entre 25 y 40 pacientes con algún tipo de demencia.
Un vínculo inquebrantable
Según nos explica Sili Zambrano, el cuidador se convierte en más que la persona que vela por el cumplimiento del tratamiento y de las comidas, pues en muchas ocasiones es el barbero o peluquero del paciente, el manicurista, el cocinero, el que le lee, le canta, le escucha y le habla.
El cuidador aprende habilidades de todo tipo respecto al cuidado humano y si se trata del hijo (a) quien cuida a la madre o padre, prácticamente los papeles se invierten y el paciente se convierte en aquel hijo que otrora fue el ahora cuidador.
Se genera también, un vínculo inminente entre ambas personas, aun si se trata de un cuidador voluntario, quien se dedica a personas que no son familia, pero que con el tiempo y la convivencia, se suman al afecto profundo de una familia elegida y cuando les toca partir, dejan un duelo.
Datos de la ADI, OMI y OPS revelan que cada tres segundos una persona en el mundo está siendo diagnosticada con algún tipo de demencia.
Lo más lindo y lo más duro
Una de las voluntarias de Fundación Alzheimer de Venezuela, Capítulo Lara, es la señora Sili Zambrano, con quien conversamos para desarrollar este trabajo. Para ella la parte más bonita de cuidar a una persona con demencia es ganarse su confianza y explica que aunque ellos, al despertar, no reconozcan a su cuidador “hay algo que les queda en la mente, en el cerebro, que les dice: Confía”.
“Y cuando ellos se entregan… Se desbordan, porque el ser humano no olvida lo que es el amor y la ternura. Y cuando eso pasa es lo más dulce y es lo más lindo que yo he vivido”, dice esta mujer que se ha entregado a dar de sí para sumar a los demás.
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Describe, en cambio, como lo más duro, el hecho de cuidar a una persona que es su familia, en este caso su madre. Asegura que lo más duro ha sido recibir maltratos de parte de su mamá, escucharle decir cosas feas. “Es duro que te diga cosas que tú nunca has hecho. Hay que estar firme… Es duro ver a tu madre convertida en otra persona”.
Considera que una vez diagnosticado el Alzheimer o la demencia vascular, ya no hay vuelta atrás, es por ello que recomienda siempre a los familiares llenarse de paciencia y de amor y hacer a un lado el dolor. “Me ha resultado ver a aquella persona como un niño y se hace un poco más fácil la tarea.
“Cuando te saquen de quicio… respirar profundo y pensar por lo que están pasando. Nunca les lleves la contraria. Si ellos dicen que son las 12 de la noche, pues sí, son las 12 de la noche. Si ellos dicen que un avión está abajo del edificio esperándolos, okey, está bien, pero ya va… vamos a comernos un dulce rapidito antes de que te vayas…. Y tratar de vivir con eso que por algo Dios no los pone”, Sili Zambrano, cuidadora.
Alzheimer y Pandemia
Hay una realidad imposible de soslayar en la actualidad y son los efectos que ha tenido la pandemia por la COVID-19 en la respuesta neurolígica de las personas que se han contagiado, pero tamnién en las que no han contraído el virus. El confinamiento ha afectado a todos los niveles y estratos.
La directora Ejecutiva de Fundación Alzheimer de Venezuela, Misvely Pereira, explicó a Elimpulso.com que el aislamiento por la pandemia ha influido negativamente en la salud mental de los seres humanos y precisa dos elementos en concreto. El primero es la interacción con otros seres humanos: Cuando el proceso de interactuar con otros se ve coaccionado, influye y afecta directamente en las conexiones neuronales y en nuestra salud mental.
El segundo elemento en el que la pandemia puede afectarnos, explica la psicóloga, tiene que ver con que es conocido que la COVID-19 afecta de manera sistémica.
“Uno de los sistemas del organismo es el sistema nervioso central; está demostrado científicamente que hay manifestaciones Covid que tienen secuelas neurocognitivas, hay fallas de atención, concentración, memoria… Todos estos elementos potencian el riesgo de padecer demencia”, amplió.
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Menos educación = más posibilidad de Alzheimer
Pereira reveló que el estrato más vulnerado por el Alzheimer es el que tiene menos acceso a la educación, pues a través del aprendizaje es como se desafía al cerebro y a su vez éste va evolucionando; lo que le lleva a concluir que el hecho de que una persona no haya cumplido un proceso psicoeducativo, lo expone a que ese cerebro envejezca más rápido y a que esas funciones neurocognitivas no se desarrollen de la manera adecuada.
“Un periódico español reseñó recientemente que tanto en Estados Unidos, como en Europa y en América Latina, en los últimos 25 años estaba reduciéndose el porcentaje de diagnósticos Alzheimer gracias a que había mayor acceso a sistemas educativos y a posibilidades de que las personas recibieran educación. Es por ello que en Fundación Alzheimer centramos nuestro propósito en psicoeducar», recalcó.
Las 5 recomendaciones
- Cuidar nuestro corazón: prestar atención y cuidar la parte vascular y cardiovascular del cuerpo, pues el cerebro recibe el oxígeno a través de la sangre y si el sistema venoso no funciona bien, esa oxigenación puede verse comprometida.
- Mejorar nuestra alimentación: Es clave cuidar la alimentación. Consumir una copa de vino al día, o una taza de café negro, el chocolate por ejemplo.
- Vincularnos y socializar: Cada vez que socializamos hay nuevas conexiones que hace nuestro cerebro.
- Desafiar el cerebro: El cerebro trabaja con la información que le damos y es muy fácil acostumbrarnos a la rutina y volverse perezoso. Se recomienda, una vez a la semana cepillarse con la mano contraria a la habitual o tomar una ruta para casa o el trabajo que sea distinta a la de todos los días.
- Hacer ejercicio: Ir más allá de caminar pocas cuadras para llegar a algún destino. Se trata de desafiar al cuerpo para liberar toxinas y, a su vez, ciertos neurotransmisores y hormonas que se liberan al hacer actividad física; todo ello es muy importante para proteger nuestro cerebro.
Mitos de las demencias. No es solo para los adultos mayores
La senilidad no tiene nada que ver con las demencias, explica Misvely Pereira, quien apuntó que adultos mayores, de 85 y 90 años están muy lúcidos e incluso operativos.
La demencia no hace acepción de edades, hay un parámetro que es la adultez mayor, a partir de los 60 años es la edad donde más diagnósticos hay; sin embargo puede adelantarse a la adultez media, que es de los 55 años en adelante.
Citó un caso que acompañó el capítulo Lara de la Fundación Alzheimer de Venezuela, en el que se diagnosticó a un hombre menor de 40 años de edad con deterioro cognitivo leve, que es la primera fase para predisponer al diagnóstico del Alzheimer, lo que supone un desafío porque está en una edad donde la autonomía es primordial.