Antes de que entre en vigencia la tercera reconversión monetaria, anunciada para el primero de octubre, los precios de los comestibles han venido aumentando en forma tan escandalosa, que se hacen inalcanzables para los consumidores.
Como tenemos un régimen negligente, incapaz, insensible y carente de políticas económicas, el ciudadano está desprotegido y agobiado por la inflación, la especulación y la corrupción, expresó Simón Yústiz, ex diputado del extinto Congreso Nacional y dirigente del partido Movimiento por Venezuela, en declaraciones a Elimpulso.com.
«Los consumidores, porque todos lo somos, nos quejamos de que desde hace ya mucho tiempo se acabaron las ofertas y lo que se observa es una competencia entre los detallistas, para ver quien vende más caro los productos de mayor demanda», señala Yústiz.
El político también expone que llama más la atención es cómo algunos comerciantes inescrupulosos, despiadadamente, le arrebatan los pocos ingresos a las personas que menos ingresos tienen.
«Es así como esquilman a quienes compran mediante el sistema del biopago, que se hace mediante la identificación de la huella digital. Y otro caso que se ha hecho costumbre es que los pocos que compran con dólares, tienen que gastar el billete bien sea de 5, 10 ó 20, bajo el pretexto de que no tienen para dar vuelto», agrega.
Precios
La muestra más evidente de la forma que se han disparado los precios está en los artículos siguientes:
Queso, a 18 millones de bolívares el quilo.
Huevos, 17 y 18 millones de bolívares el cartón de los pequeños, porque los denominados Jumbo sobrepasan los 20 bolívares.
Pollo, a 4 dólares el quilo.
Caraotas, entre siete y nueve millones de bolívares el quilo.
Harina precocida, varia de precio según las marcas, oscilando entre 3 millones 300 mil y 4 millones 500 mil bolívares el paquete.
Pasta, de 7 millones a 9 millones de bolívares el quilo, igualmente por las marcas.
Azúcar, también por marcas, tiene precios distintos que van de 3 millones 900 mil a 4 millones 500 mil bolívares.
Café, sin marca, veinte millones y empaquetado con marcas, veinticuatro millones el quilo.
Arroz, de tres a cuatro millones el quilo.
Aceite, de acuerdo a las marcas, de 7 a 11 millones de bolívares el litro.
Mantequilla, a diez millones el quilo.
Caminar
Yústiz, quien dijo haber comprobado esos precios por las compras que él personalmente realizó, recomendó caminar, porque los precios no son uniformes, ya que de un establecimiento a otro hay diferencias muy grandes.
En un sitio hay un artículo que tiene uno o dos millones de diferencia con respecto a otro negocio, comentó. «Quiero decir que por ejemplo la harina tal se consigue con un precio más bajo que en otro negocio, pero en éste hay un producto que tiene el precio más alto que en el anterior. Es una forma de engatusar al cliente».
«En mi casa somos dos, mi esposa y yo, porque los hijos ya están casados y viviendo aparte; sin embargo, hay que hacer grandes esfuerzos para sobrevivir. Y aquellas familias de cuatro, cinco o más integrantes, indiscutiblemente, tienen que pasar hambre porque con el precio que tienen los comestibles es difícil adquirirlos, para que alcance la comida para todos», indicó.
Por último, Yústiz expresa que en Venezuela, todos los días, la gente sigue reuniendo lo que puede de dinero para irse a otros países, porque la situación se ha hecho insoportable y no existe, en los momentos, la posibilidad de que esto cambie de un momento a otro si no se une el país para lograrlo, siempre por la vía democrática.