En medio de dos fuertes agentes contaminantes vive el señor Carlos Márquez, junto a su familia, nietas y vecinos, quienes prefieren permanecer con ventanas y puertas cerradas para evitar inhalar olores nauseabundos que provienen de los brotes de aguas servidas que rodean su casa.
Soto vive en la última calle de la urbanización Trapiche Villas, Municipio Palavecino; justo allí, la pared tiene altas probabilidades de sucumbir, producto del socavamiento de sus bases que dan hacia una quebrada que crece con cada lluvia que cae sobre Palavecino. Eso sumado a dos afluentes de aguas servidas, amenazan la salud de él, su esposa, nietas y las 360 familias que habitan en los condominios 1 y 2 del citado urbanismo.
Ante esta situación ya han efectuado al menos tres protestas en menos de un mes para llamar la atención de las autoridades, y sobre todo de Hidrolara y la Gobernación de Lara; pero el problema se agravó el pasado 6 de septiembre cuando el colector principal de aguas servidas de la zona se quebró. La situación es grave y crítica para estas familias y las del sector Papelón (zona rural de Palavecino) quienes a diario pasan por este lugar lleno de contaminación.
No se puede respirar en la Venezuela con Bracamonte
Otro foco de contaminación ya tiene poco más de dos meses y está situado en la avenida Venezuela con Argimiro Bracamonte, donde el agua brota desde tres bocas de visita situadas en sentido oeste – este y este – oeste, pero además ya se cayó el pavimento en el sentido norte de la avenida Bracamonte, muy cerca de la estación de servicio.
Pese al tiempo que lleva esta situación y la fuerte contaminación que genera, las autoridades no han solucionado la situación y Luis Galíndez, quien vende fresas en el semáforo, contó a Elimpulso.com que todos los días se va con dolor de cabeza a su casa, como consecuencia del terrible olor.
“Yo llego aquí a las 9 de la mañana y ya en la tarde cuando me voy, tengo dolor de cabeza. Así nos vamos a enfermar. Vienen funcionarios y revisan pero no hacen nada”, dijo Luis Galíndez.
Las razones
Entre el cumplimiento de la vida útil de las tuberías de aguas servidas en el Estado Lara, la poca capacidad de inversión que actualmente tiene Hidrolara y la fuga de talento humano, se ha creado la “tormenta perfecta” artífice de la contaminación a la que hoy están expuestas miles de familias en la entidad, debido a los numerosos brotes de aguas servidas que, además, parecen multiplicarse con el paso de los días.
Los brotes de cloacas se pueden apreciar en los cuatro puntos cardinales de la zona metropolitana Barquisimeto – Cabudare tanto en avenidas principales, como en el seno de comunidades como San Benito, La Carucieña, Santo Domingo, urbanización Sucre, avenida 20 con calle 12, calle 14 con carrera 21, carrera 23 con calle 10, avenida Lara y también diversas zonas de Palavecino como Las Mercedes, La Morenera, Los Rastrojos, Trapiche Villas, donde se debe pasar conteniendo la respiración para evitar exponerse a los malos olores.
Este colapso en el sistema de aguas servidas de la zona metropolitana, tiene que ver con que las tuberías ya cumplieron su vida útil, según explicó a Elimpulso.com el ingeniro Julio Guriérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros del estado Lara y quien además fue gerente de operaciones de Hidrolara en gestiones pasadas.
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Gutierrez expone que, además del cumplimiento de la vida útil en la mayor parte de los 1200 kilómetros de tubería que existen en la citada área, también Hidrolara, que es la empresa con competencia en esta materia, no posee la mano de obra calificada que tenía otrora, debido a la migración de talento que se dió con la diáspora venezolana sobre todo desde 2017 y a los bajos sueldos que percibe el personal, los cuales no les permiten sostener a sus familias.
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No se generan recursos propios
El otro grave problema que presenta Hidrolara, prosigue Gutiérrez, es la falta de recaudación por concepto de la prestación del servicio, debido a que en el año 2018 se implementó una política de congelamiento de las tarifas de cobro al usuario y que, con la creciente inflación y devaluación de la moneda se hace cada vez más insuficiente el dinero percibido por la hidrológica.
Las soluciones
Apoyado en el Plan de Saneamiento de las aguas servidas del área metropolitana Barquismieto – Cabudare, el ingeniero Julio Guriérrez indicó que se pueden ejecutar de forma paralela las soluciones al colapso de aguas servidas y el saneamiento de las mismas.
Para el saneamiento, destacó que se deben construir cuatro plantas de tratamiento, para las aguas servidas: Una en Pavía, otra en Cují – Tamaca, otra en el sector oeste y otra en el sector este. Esta sería una inversión a largo plazo que permitirá descargar estas aguas, ya tratadas, en el Río Cojedes que es su disposición final y no con el nivel de contaminación con que se hace en la actualidad.
En torno a la solución de los brotes de agua negra, se deben sustituir las tuberías de recolección de estas aguas que ya cumplieron su vida útil y que abarcan 1.200 kilómetros, lo cual sería una inversión a mediano y largo plazo. «Anualmente se puden sustituir de 100 a 110 kilómetros de tuberías en varios frentes establecidos por la hidrológica regional», declaró Gutierrez, quien destacó que éste sería un trabajo mancomunado entre el Gobierno Nacional, regional y municipal entre Palavecino e Iribarren.
«Estas plantas de tratamiento se pueden construir a la par de que se sustituyan las tuberías de la ciudad», Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros del estado Lara.
Los habitantes de la zona metropolitana Barquisimeto – Cabudare podrían disfrutar de una ciudad completamente saneada luego de 11 años contados a partir de que se comiencen a ejecutar los trabajos de sustitución de la red cloacal si se realiza en paralelo la construcción de las citadas plantas, con la debida inversión ininterrumpida en cada ejercicio fiscal, refiere Gutiérrez.
