Por lo general, en la vida hay muchísimas personas que están dispuestas a realizar acciones bondadosas y repletas de amor, pero desde el silencio. Son estas obras las que logran llenar los corazones de las personas, y sobre todo, las que pueden cambiar la vida de aquellas personas más necesitadas.
Aunque usualmente son acciones que pasan desapercibidas, cuando estas llegan a conocerse públicamente tienen la capacidad de servir de ejemplo para los demás, y en muchos casos, significa un impulso para las buenas obras de otras personas.
Esto sucedió con Fabiana Torrealba, una joven barquisimetana exalumna del colegio «San Vicente de Paul». Tras haberse graduado de esta institución en el año 2017, en su corazón quedó instaurado el valor de ayudar a los demás, y fue así como después de un tiempo tomó la decisión de recaudar fondos para ayudar a los más necesitados.
Inicialmente pensó en la Casa Hogar San Vicente de Paul, ya que es una institución que conoce muy bien tras su etapa de bachiller. Sin embargo, comentó a Elimpulso.com que también se inspiró en ayudar a las abuelitas de esta casa hogar porque «es muy difícil la situación que ellas viven, a veces no les llega agua y hasta las roban mucho».
¿Pero qué hizo para ayudar? La acción inmediata que pensó Fabiana fue contactar a varios compañeros de su promoción para recaudar fondos entre todos y así ayudar a la Casa Hogar San Vicente de Paul.
«Yo contacté a varios chicos de mi promoción y nos pusimos de acuerdos para que cada uno pusiera un kilo de comida», explicó. Incluso, varios compañeros de Fabiana se encuentran en otros países, pero esto no fue impedimento para los donativos, ya que suelen enviar dinero para que Fabiana y el resto de los compañeros en Barquisimeto se encarguen de comprar alimentos y medicinas.
Fabiana contó que en total son «entre 25 y 30 exalumnos» los que están colaborando. Explicó que aunque quisieran dar más, la situación del país también los limita. Sin embargo, mencionó que se siente «muy bien» ya que es algo que los «llena mucho».
«Colaborando así sea con un kilo de comida o una botella de agua, todo cuenta (…) no pensemos que es muy poquito, para ellas y para las personas necesitadas es demasiado», puntualizó.