Faltan ya varias semanas para que los venezolanos acudan, si es que lo deciden así, votar en un nuevo proceso electoral, cuyo resultado, según algunos politólogos puede cambiarle el rostro político del país. Perdóneseme que no sea tan optimista, pero los organizadores han olvidado que los electores convocados no muestren la euforia de otros tiempos cuando los políticos de turno no solo ofrecían villas y castillos a la clientela del proceso, sino que se ganaban su confianza seguro como estaban de ser beneficiados de alguna manera por esas promesas. En una consulta con los posibles electores hay una coincidencia en las respuestas que no son precisamente alentadoras como consecuencia de la poca fe que muestran mayoritariamente sobre la conducta de los candidatos a votar. casi todos piensan que nada de lo que ofrecen tienen la seguridad de cumplirse en el futuro y ponen como ejemplo lo que está ocurriendo en un país como el nuestro donde se promete mucho y no se cumple nada. Ese desaliento electoral no es gratis, como deben suponer. por ejemplo, hace mucho tiempo que las comunidades andan suplicando por el agua sin obtener ni una gota del preciado líquido, mientras las calles, avenidas y aceras siguen destruidas por el tiempo y falta de pavimento, la gasolina, además, tiene más valor inalcanzable y en los mercados populares no hay nada que comprar a precios que te dejan sin un céntimo a la hora de pagar. Tener un teléfono en casa es un milagro celestial y no piensen en el Internet ni por un segundo. El transporte público no puede ser más ineficiente y el aéreo está desaparecido hace un montón de meses por razones inexplicables. Ah, y no pregunten por las vacunas antivirus si no está dispuesto a formar una fila más grande que la muralla china. Muy pocas cosas positivas pueden anotarse a los prometedores de oficio para pensar que pueden recibir el voto de noviembre, no lo piensan ni los propios candidatos cuyos partidos y demás favorecedores andan perdidos en el espacio y la incertidumbre por su futuro próximo.
II
11 de septiembre. Todavía tengo en mis recuerdos esa mañana. Apenas salía de la ducha cuando miré el televisor para observar una escena donde vi como un avión de pasajeros se estrellaba contra una de las hermosas Torres gemelas de nueva York. Creí en ese instante que se trataba de una película de terror, pero pasados unos minutos, otra nave hacía lo mismo. en ese momento supe del ataque terrorista, sin imaginar sus consecuencias, más de tres mil fallecidos, casi todos ocupantes de las oficinas de aquellos edificios. Salí como alma que lleva el demonio hasta la redacción de este periódico en busca de más información sobre el siniestro y busqué en mi libreto de teléfonos el nombre de Carlos Enrique López, un portugueseño residente en NY para preguntarle detalles de aquel atentado. Solo me dijo que la policía estaba enviando mensajes advirtiendo el peligro que corrían los peatones que circulaban cerca de las Gemelas, pero nada más. Me prometió mayores detalles, pero ya al mediodía, las agencias de noticias ya estaban enviando mucha información sobre los ataques. Tiempo después visité la llamada hoy zona cero para imaginarme en aquel fatídico lugar la escena y preguntarme muchas cosas sobre el por qué de una tragedia de esa magnitud. Todos los viandantes mirábamos hacía el lugar donde los aviones se estrellaban contra las Torres y no era posible saber sobre aquellos piratas que ejecutaron una de las mayores catástrofes sufridas por los Estados Unidos. Las primeras investigaciones dadas a conocer señalaban a un grupo de terroristas pertenecientes a una banda controlada por Osama Bin Laden, quienes también murieron en el asalto a las naves. La respuesta de los EEUU no se hizo esperar. En un alarde tecnológico, tiempo después, las tropas enviadas por los estadounidense dieron con el escondite del terrorista dándole un merecido castigo y atacando las montañas de Afganistán donde presuntamente se ocultaban sus aliados. Las víctimas de aquella ferocidad quedaron para siempre sepultadas y recordadas en el Memorial donde quedaron escritos sus nombres. Cada vez que tengo oportunidad de visitar Nueva York siempre visito la zona cero y a las víctimas de la irracionalidad del ser humano.
III
FÚTBOL: Leonel Messi es una de las grandes figuras de este siglo y hoy milita con éxito en uno de los grandes equipos profesionales de la vieja Europa, aunque sea por poco tiempo. Sucede que el exjugador del Real Madrid y propietario del Internacional de Miami, David Beckham ya le ha ofrecido un dineral para jugar bajo su órdenes cuando decida abandonar las filas del PSG. Messi ha manifestado públicamente sus deseos de jugar en los Estados Unidos antes de abandonar el deporte que lo ha convertido en millonario. Otro de las estrellas ya se mudó de casa y ahora vive en la casa del United donde debutó con goles ante el delirio de todos sus admiradores. Y el domingo pasado, el Real Madrid se mantuvo de líder al derrotar al Celta de Vigo anotando dos goles de leyenda. Y hablando de fútbol, es lamentable la actuación de la Vinotinto en las eliminatorias que llevan al próximo Mundial. Cualquier excusa es pobre, simplemente su desarrollo es menos que elemental. Mejor que insistan con el béisbol.
LRM