El doctor Armando Sánchez, quien es candidato a la gobernación de Lara por Unión y Progreso y otras organizaciones políticas, manifiesta su preocupación por la acelerada deforestación que se está realizando en las montañas de Lara, precisamente donde se encuentran las fuentes de agua.
Así lo exterioriza cuando se refiere al recorrido que ha efectuado por las filas de Agua Negra y otras poblaciones de Jiménez así como por Atarigua y diversos pueblos del municipio Torres.
No hay autoridad que impida esa acción destructiva y advierte que de no tomarse medidas inmediatas, en poco tiempo se sentirá más fuerte la escasez del preciado líquido.
La represa de Atarigua, que es mucho más grande que la de los Dos Cerritos en El Tocuyo, no puede satisfacer la sed de las comunidades torrenses.
Ya de regreso a Barquisimeto ha estado en Las Sábilas, donde la gente utiliza carretillas para buscar el vital líquido en la urbanización Alí Primera, a donde llega por tubería el agua que sacan en Barro Negro, jurisdicción del municipio Crespo.
Sánchez recuerda que en el 2015, a través de la edición impresa de El Impulso, advirtió de que en poco tiempo habría racionamiento del servicio y eso está ocurriendo, porque no hay el abastecimiento necesario para la ciudad.
Lo lamentable, observa, es que el esperanzador proyecto hidráulico Yacambú-Quíbor, que entre sus fines estaba suministrarle agua a la capital larense y coadyuvar al desarrollo agrícola de Jiménez, tras cincuenta años de espera, no dará agua porque se ha perdido esa inversión multimillonaria.
Además de reunirse con gente en las comunidades para hablar de su proyecto político, el doctor Sánchez, quien sigue dictando clases en la Escuela de Medicina de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, también les da explicaciones muy detalladas acerca de la pandemia de COVID-19 y de las medidas a tomar para evitar el contagio, especialmente utilizando precisamente el agua.