Los primeros resultados provisionales de las elecciones primarias del domingo en Argentina para elegir a los candidatos a diputados y senadores que participarán en los comicios legislativos de noviembre arrojaban un revés para el gobierno de Alberto Fernández, con resultados peores a lo esperado.
El presidente argentino declaró: «Evidentemente algo no hemos hecho bien y todos escuchamos el veredicto de la gente».
Luego de que habían sido escrutados aproximadamente el 50% de los votos, la fuerza opositora Juntos por el Cambio se imponía por un 38% frente al 33% de la coalición oficialista Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires, y por una ventaja mucho mayor en la ciudad autónoma de Buenos Aires, dos distritos claves que concentran algo más del 40% de la población de Argentina y constituyen dos reductos tradicionales del peronismo.
Juntos por el Cambio también se imponía en otras provincias muy pobladas, como Córdoba y Santa Fe.
El Frente de Todos perdía incluso en la provincia de Santa Cruz, bastión tradicional del kirchnerismo y donde votó y tiene su residencia la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ahí era otra fuerza política, “Cambia Santa Cruz”, la que lograba las preferencias.
Las llamadas Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) suponen la elección de candidatos de las distintas fuerzas políticas que se presentarán en las legislativas del 14 de noviembre, donde se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.