La obra del pintor falconiano Ramón Chirinos (1950) travesea con la diversidad de corrientes de la plástica con una marcada depuración y una destreza, propio de quien actúa motivado por definidos y conscientes objetivos estéticos sin dejar nada al azar.
Desde esa perspectiva se desplaza raudamente por una variedad de corrientes pictóricas en que deja evidencia de talento, superación, capacidad, renovación y conocimientos para el arte.
En Chirinos también se cumple el proceso de lo inferior a lo superior en que se aprende progresivamente. Lo hace al principio con el apacible y comprensivo profesor Andrés Guzmán de quien recibe clases de dibujo y pintura en aquellos cursos nocturnos al inicio de la década de 1970 en la escuela de la urbanización Dorante. De este ejemplar docente nosotros también recibimos su valioso influjo cuando joven se nos prendió el gusanillo de la pintura. El aprovisionamiento de la teoría lo continúa en centros pictóricos del país y el exterior. Es un pintor por doble partida determinado por la vocación y estudio formal.
Así ha discurrido entre las expresiones del paisajismo, figuración, neo figuración, impresionismo y abstracción. El tímido principio del paisajismo en la década de 1970 ha quedado atrás para abrirse a las manifestaciones universales de la pintura que desarrolla con creatividad y originalidad.
Esas son las primeras impresiones que nos suscitaron sus obras una década después de aquellas clases recibidas del profesor Guzmán. Aquellos tímidos tanteos en las pinceladas del novato ahora consagrado como un recio valor de la plástica nacional e internacional. Su recorrido por el mundo de la plástica es el confesional de la mayoría de artistas que principian por el paisajismo y bodegones para evolucionar hacia otras corrientes.
Proceso creativo y comunicacional
El pintor ha hecho del color su caballito de batalla con conciencia del “sentido de los valores” predominante en los impresionistas. Los colores claros, sobre todo el blanco con el ceniza, son una constante en oposición al negro, ambos acromáticos. Se trata acaso de algún código o clave.
Por sobre todo, con mucha pericia convierte los colores claros en un espectáculo visual que deslumbra a quien observa la producción. Un hecho muy original resultante de un constante y disciplinado trabajo que incluye el estudio de la teoría del color. Por lo que nada es casual en sus excepcionales creaciones.
De igual manera, maneja magistralmente los conceptos de volumen y distancia que transmite principalmente con los colores claros. Es sin duda, una forma de obtener el necesario ritmo visual en la obra cuando aborda el objeto plasmado y su distancia con la mirada.
A nuestro parecer, es aquí donde Chirinos logra establecer una comunicación con el espectador activándolo durante el breve lapso de aproximación a la obra para prolongar la estancia que se torna participativa. Atrapa su atención para involucrarlo en un fructífero proceso comunicacional artista versus público. En sus obras se entrecruzan imágenes en una especie de yuxtaposición de diversas manifestaciones de la plástica en armonía y cohesión de las partes y el todo.
Así percibimos que éste es riguroso en la observación de los principios pictóricos existentes desde el Renacimiento sin colidir con los niveles de exigencia y calidad de su obra. Tiene la virtud de saber comunicar el contenido de sus creaciones, un hecho siempre presente en toda obra artística aun en las complicadas connotativas las cuales dejan en el limbo al observador. Ello es perceptible en la obra “Los fantasmas de la noche”, una experiencia única y enriquecedora que se vive cuando se está frente a sus cuadros.
En sus creaciones constatamos una inclinación a cargar de elementos diversos la obra semejante a un pictograma y collage. Ello es demostrativo de un paciente trabajo lo cual plantea al espectador el reto de observar escrutadoramente la misma sin apuros en placentera pausa.
Originales paisajes
Sus paisajes marcan un contraste con los confesionales por la inventiva con que los realiza. Oscila entre lo objetivo y subjetivo. Por una parte es fiel a la naturaleza y realidad cuando los proyecta movido por la objetividad. Otros los inventa en señal de aproximación al expresionismo con la idea subjetiva del autor de por medio.
Algunos nos recuerdan la Campiña Francesa con esa atmosfera de frescura climática y lo atmosférico, es decir lo permanente y transitorio del medio ambiente.
Igualmente el cuadro “Señoritas en el campo” de Arturo Michelena.
La luz prevalece por los cuatro costados de sus cuadros lo que nos trae a la memoria a los impresionistas franceses de la época modernista del siglo XIX. Es además un cultor del nuevo paisajismo larense con su renovador acercamiento al tema ecológico.
Los rasgos distintivos
Creemos reúne unas peculiares características en el forjamiento de su narrativa plástica mediante un conjunto de elementos que la dotan de una marca artística. A vuelo de pájaro estos son algunos de esos rasgos.
• Rico colorismo con certero despliegue primero de los colores fríos claros con acentuación del blanco, ceniza, y segundo el amarillo, beig y otros. Pero la mayor hegemonía cromática la ejercen los claros con los cuales plasma la luz, volumen y distancia.
• Trazos atractivos logrando un conjunto congruente más un notable dinamismo.
• Dominio pleno del dibujo por lo detallista propio del buen pintor.
• Lograda composición, entre cuyos componentes resalta la perspectiva.
• No deja nada a lo fortuito ejerciendo una estricta planificación de la obra.
• Imágenes con remarcadas y expresivas líneas siendo algunas fantásticas sin descender a lo tétrico, pese a los cuerpos sin rostro en señal tal vez de negación.
• Conjuga lo objetivo con lo subjetivo cuando refleja la realidad o inventa el contenido.
Sensibilidad ante la naturaleza
Ramón Chirinos se ha propuesto la defensa del medio ambiente en sus producciones, expresión de su compromiso social con la humanidad. La preocupación del artista ante el recalentamiento de la Tierra. Lo hace científica y sistemáticamente dada su dedicación a la investigación del principio del color. Se trata de un hombre filosóficamente creyente del diálogo entre los hombres para resolver sus diferencias y conflictos para lo cual ofrece su arte.
En ese sentido en junio de 2017 participa en el evento “Los internacionales de Lara” con los auspicios de Cultura Barquisimeto en la Galería Municipal de Arte José Requena. En ese evento presenta 2 obras inéditas: “Proyecto xerófilo! y “Sin título” que comentamos en El Diario de Lara.
Ambas confirman su empeño en trabajar los colores claros, al tiempo que se enmarcan en lo que ha denominado nueva estética de su pintura en desarrollo y por conocerse en el futuro por venir. Arte y naturaleza en armonía. Vale por la felicidad del hombre y la vida portadora de lo que florece en oposición a la muerte.
Freddy Torrealba Z.