El nombre de El Gavilán Colorado hace referencia fiel a la coloración rojiza de su plumaje, lleno de listas y barras sobre la espalda y alas de tono marrón rojizo que forman un contraste con su parte frontal.
Su cabeza color crema desentona con el rojizo del cuerpo y en el cuello se puede observar una mancha negra en forma de media luna que ningún otro gavilán tiene.
Esta corpulenta y robusta ave es del agrado de los fotógrafos de la naturaleza, pues se posa al descubierto de manera impávida sobre postes y ramas.
Cuando reposa, muestra la actitud de no temerle a nada ni nadie, reta con su pose y está atento para atacar.
Sus alas desplegadas pueden permiten distinguir las plumas primarias y puntas de las secundarias negras. La cola es corta y presenta un tono rojizo en dos tercios de su longitud, la cual finaliza con una banda negra.
El Gavilán Colorado se distribuye en áreas boscosas, pantanos y llanuras interrumpidos por cursos de agua.
Sus hábitats naturales son bosques de tierras bajas húmedas subtropicales o tropicales, pantanos subtropicales o tropicales y pantanos.
El nido está cubierto de hojas verdes y generalmente se coloca en un árbol grande, con frecuencia cerca del agua, pero a veces se pueden ver en áreas suburbanas.
Ángel Custodio Loyola compuso la letra de “El Gavilán” perteneciente al folklore venezolano que dice: Si el gavilán se comiera, óyelo bien, como se come el ganao, ya yo me hubiera comido el gavilán colorao.