El doctor Pablo Álvarez Yépez fue un médico y educador que consagró su vida a la modernización de la medicina en nuestra ciudad. El doctor Paucho, como se le conoció y como se le recuerda, se graduó a muy temprana edad en la Universidad Central de Venezuela, perteneció a la promoción de 1937, junto a otros grandes médicos como el doctor Mombrun, quienes prestaron un servicio altamente civilizador en el país. El doctor Paucho nació en el año l913, año que dio luz a otros hombres que luego también se convertirían en médicos, como Arturo Arispe y Juan Bautista «Tita» Perera.
Cuando el doctor Paucho viene a Carora prácticamente el único médico que había era el doctor José Luis Andrade de origen colombiano y sembrado en el cariño de todo el pueblo .Con la fuerza de su juventud el doctor Paucho se encarga de crear los diferentes servicios por especialidad en el viejo hospital San Antonio, administrado por las hermanitas de los pobres. Entre estas especialidades destaca la de obstetricia y ginecología, cuya carencia obligaba a las madres caroreñas a trasladarse a Barquisimeto o tener que parir en sus casas. El le dedica tiempo y esfuerzo a crear este servicio y él mismo se encarga de atenderlo.
Compartió su tiempo como profesional de la medicina con la tarea de educador, siguiendo la tradición de su padre el maestro Pablo Álvarez .Gran lector y hombre de amplísima cultura, las clases del doctor Paucho servían no solamente como lección escolar sino también como cátedra de orientación moral para muchas generaciones de jóvenes caroreños.
Como si esto no fuese suficiente el doctor él se debe la creación del Club Rotary y su sección juvenil, el Interact Club, el cual cumplió un importante papel en su época como apoyo de actividades culturales y deportivas. En compañía de Juan Martínez Herrera, Domingo Perera y otros insignes caroreños, se crea la Casa de la Cultura…en fin, el doctor Paucho llenó toda una época como benefactor de grandes causas sociales, educativas, culturales y sanitarias.
Casó el doctor Paucho con Carmen Gutiérrez y con ella procreó una familia numerosa, hombres y mujeres de trabajo, honestidad, profesionales de gran prestigio en nuestra ciudad. Continuador de su huella filantrópica dentro de la medicina fue su hijo Carlos Miguel Álvarez, Tamakun, quien heredó su vocación de servicio y su amor por Carora.
Para quienes fuimos jóvenes en la década de los años sesenta del siglo 20 el doctor Paucho fue un maestro y guía en la amplísima materia del civismo y la solidaridad ciudadana.
Quede por siempre en la memoria de nuestra ciudad el nombre del doctor Paucho como uno de sus hombres mas útiles y de huella fecunda. Carora. Siempre Carora.
Jorge Euclides Ramírez
