La migración conlleva una serie de cambios drásticos en la vida de toda persona. Uno de los cambios más significativos podrían evidenciarse en el trabajo, ya que no todos los migrantes cuentan con la posibilidad de laborar en su nuevo país, dentro de la misma área que lo hacía en la nación de sus raíces.
Esto le sucedió a Sayed Sadaat, quien ocupaba el cargo de ministro de Comunicaciones del gobierno afgano hasta el año 2018, cuatro antes de que el grupo los talibanes tomara el control total de Afganistán, y tras migrar hacia Alemania, tuvo que desempeñarse en un área diferente a la política.
Sadaat tiene 49 años de edad, tiene títulos de informática y telecomunicaciones, pero pese a ello, decidió abandonar Afganistán el año pasado para iniciar una nueva etapa de su vida en Alemania, donde intentaría buscar mejores oportunidades en su vida.
Inicialmente pensó que podría conseguir trabajos relacionados a la política, informática o telecomunicaciones, pero las posibilidades de trabajo eran escasas así que decidió iniciar su experiencia como repartidor de comida en bicicleta en la ciudad oriental de Leipzig.
Sadaat comenta que fue muy criticado por algunas personas afganas cuando decidió irse del país para trabajar fuera de su zona de confort, pero resalta que se siente satisfecho con la decisión que tomó: “No tengo nada de qué sentirme culpable”.
Además, en tiempos en los que el nombre de Afganistán está en todos los noticieros y portales informativos del mundo, la historia de Sadaat toma mayor valor: Tras ser cuestionado por su decisión, hoy en día encontró la paz en Alemania, lejos de la incertidumbre que viven los afganos tras la toma del poder de los talibanes.
