Esta nueva reconversión, aparte de reconocer la hiperinflación que ya ha eliminado 14 ceros a la estructura del bolívar desde 2008, no debe tener impactos sobre la determinación de los precios ni en dólares ni en bolívares, asegura el economista César Aristimuño, CEO de la consultora Aristimuño Herrera & Asociados.
Explica que el propio Banco Central de Venezuela (BCV) lo reconoce en su comunicado: con esta nueva reconversión el bolívar «no valdrá ni más ni menos».
“No podemos esperar una reconversión económica con esta medida, si esta no viene acompañada de un programa que facilite que ésta genere las bases para impulsar la economía, abatir la inflación y generar empleo formal. Si esta decisión no viene acompañada con políticas de fondo, vamos a tener una situación económica similar a las que vivimos en las dos anteriores” sostiene el especialista.
Advierte que ahora la apuesta será por cuánto tiempo esta nueva estructura del bolívar, ahora denominado «digital», tendrá validez. Para Aristimuño, es temprano para presentar escenarios muy precisos en este sentido, pero, sin duda, al no tener efecto concreto sobre la formación de los precios, el país podría encaminarse hacia una nueva reconversión en un plazo que no será largo. De todas maneras, Aristimuño mantiene esperanzas, de que la administración de Maduro dicte medidas económicas en la orientación correcta antes de la entrada en vigencia de la nueva reconversión monetaria, este primero de octubre.
Decisión necesaria
“En nuestra opinión, se trata de una decisión necesaria, puesto que facilitará los procesos contables y de facturación de las empresas, que ya eran prácticamente inmanejables desde el punto de vista práctico. Igualmente, facilitará los mismos procesos en el sector público”, precisó el CEO de la consultora financiera y económica Aristimuño Herrera & Asociados.
Explicó además que la estructura del nuevo cono monetario tiene intervalos más razonables entre las diferentes denominaciones y, si hay una suficiente provisión de efectivo por parte del Banco Central de Venezuela, facilitará las transacciones de los ciudadanos comunes, hoy muy afectados por la escasez de circulante en efectivo.
Aristimuño advierte que las autoridades económicas y financieras deben reflexionar seria y profundamente sobre lo que significa eliminar, en poco más de una década, 14 ceros a la moneda nacional.
En su opinión, es impostergable la adopción de decisiones de fondo que dinamicen la actividad económica y que permitan una formación de precios, incluyendo los salarios, acorde con las realidades de mercado, atendiendo a factores como la evolución de la oferta y la demanda, así como a los cambios de las estructuras de costos. Igualmente se hace necesario, que el gasto público no se siga financiando con dinero inorgánico, que al final lo que hace es alimentar el proceso inflacionario.
Considera que para ello se hace necesario aliviar la carga financiera que hoy tiene el Estado, producto de su sobre dimensionamiento y empezar un proceso de traspaso de empresas al sector privado que busquen la eficiencia y rentabilidad y se esa manera se incida positivamente en la disminución del déficit fiscal.
“Insisto en que esta reconversión no afectará en lo más mínimo la dinámica de los precios en dólares, que no tiene nada que ver con la que siguen los precios en bolívares. Tampoco genera expectativas sobre la apreciación del bolívar; pero los precios en bolívares se ajustarán sin duda”, expresa.
Considera que es obvio que la inflación no va a disminuir; de hecho, si se mantienen las mismas condiciones actuales, la dinámica de los precios seguirá siendo alcista en los términos que lo determinen los factores que estructuralmente están provocando este clima inflacionario, aseguró el especialista.