“En Lara existen 106 estaciones de servicio, pero no todas reciben con regularidad los combustibles derivados del petróleo», declaró este lunes 2 de agosto Azalea Colmenárez a Elimpulso.com.
La secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicio, indicó que no cree en que durante el fin de semana hayan sido enviadas 29 gandolas con gasolina al estado Lara.
“Con ese número de camiones cisternas no se satisface la demanda. Generalmente, las bombas que venden el producto subsidiado, que apenas son 10 de las 46 que existen en Iribarren, no recibían gasolina desde el 7 de junio; es decir, hacía más de un mes cuando algunas de ellas tuvieron el suministro. Les llega con más frecuencia gasolina a las que operan con divisa estadounidense. Claramente, se trata de un negocio. Aunque el precio oficial es 0,50 dólares el litro, ninguna bomba la vende así, sino a 2 y 3 dólares. La venta está encuadrada en un proceso incontrolable, ya que desde el inicio de la cola hasta el despacho del combustible hay una sucesión de pagos no legales”, manifestó.
En cuanto al suministro, Colmenárez precisó que ninguna estación de servicio en Lara, recibe más de 10 mil litros.
“Algunas reciben menos porque cada gandola tiene que proveer el combustible a cuatro establecimientos. Y no todas esas estaciones reciben gasoil, porque son muy pocas las que expenden este derivado. Ni tampoco el número total de establecimientos es atendido a plenitud. En Duaca, por ejemplo, hay dos bombas y solo a una de ellas le suministran la gasolina, pero cada quince días. Y el gasoil no alcanza para el gran número de productores agropecuarios, quienes lo necesitan en el funcionamiento de las bombas de riego y en los tractores”, añadió.
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Igualmente, indicó que esta situación pasa con las estaciones que están en manos del Estado venezolano, como se pudo comprobar este fin de semana en Barquisimeto, donde hay tres: Terminal de Pasajeros, Sindical y Pata e´Palo, donde se equipan los vehículos oficiales. En esta última no llegó nada y no hubo explicación alguna.
Refirió que en Urdaneta hay 4 estaciones, 2 en Andrés Eloy Blanco, 3 en Morán, 5 en Torres, las tres de Simón Planas son: Indio Manaure, Los Mangos y Brisas del Río. En Jiménez hay una en dirección a Cubiro y dos que se hallan en Quíbor.
En Palavecino están las bombas de La Campiña, La Piedad, La Morenita, las dos del centro de Cabudare y Barsoque. En la vía hacia Carora funcionan las de Tintorero, San Pablo, Arenales, Sabaneta e Indio Manaure. En la carretera hacia Duaca están Las Cabrujas, dos en Valle Lindo y Sinamaica.
Trabajadores
Conviene informar que ninguna estación de servicio tiene, como antes de presentarse el problema de la escasez de gasolina y gasoil, trabajadores fijos, aunque éstos siguen cumpliendo sus labores, a título personal, cuando llega el combustible.
“Antes estaban los trabajadores en las estaciones de servicio esperando a los clientes. Ahora no. Como no se sabe cuándo llegará la gasolina, se les llama poco antes de que aparezcan las gandolas, las cuales son precedidas por los guardias nacionales tripulando motocicletas. No eran rentables los establecimientos y, por tanto, los dueños dejaron de contratar personal, que por lo general era uno por cada equipo de suministro. En la actualidad ganan un poco más los trabajadores porque se involucran en el negocio, que como sabemos se desarrolla en base al dólar estadounidense. Ellos mismos con sus ganancias se compran sus uniformes con sus botas y ya no se los dan los dueños de las bombas de gasolina, porque éstas dejaron de ser rentables, acotó. En cualquiera de esas estaciones, la gente consigue distintos productos, incluso harina precocida, aceite y azúcar”, destacó nuestra entrevistada.
“No es cierto, como se está rumoreando, que dejarán de trabajar hasta que se produzca la reconversión monetaria, porque no van a dejar de ganar si dejan de laborar”, comentó la señora Colmenárez.