Sonrisas, suspiros, baile, euforia, lágrimas, récord mundial y medalla de oro.
Cuando llegó el sexto y último salto de Yulimar Rojas en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 parecía que el tiempo se había paralizado mientras la venezolana estaba suspendida en el aire.
La criolla hizo ver fácil lo que nadie había hecho en la historia del deporte Salto Triple: Yulimar Rojas registró un salto de 15,67 con el que rompió el récord mundial de la disciplina y conquistó la medalla de oro para Venezuela.
La secuencia de este salto quedará inmortalizada y marcada en la historia de los Juegos Olímpicos. Probablemente tengan que pasar muchos años para que alguna atleta logre superar la marca de Yulimar Rojas, aunque considerando su potencial y su juventud, los expertos consideran que Rojas tiene todo para seguir rompiendo sus propios récords.
El mundo entero colocó sus miradas sobre la venezolana, todas las cámaras en Tokio 2020 apuntaban hacia la criolla, ya que reconocen que Yulimar Rojas es un hito para el atletismo.
Antes de hacer su recorrido, Yulimar Rojas sonrió, suspiró y realizó sus típicos movimientos similares a un baile. Luego, corrió a toda velocidad, se despegó del suelo como si estuviese volando, y al caer en la fosa de arena y darse cuenta que rompió el récord mundial, se levantó y celebró eufórica.
Segundos después de confirmarse su récord mundial, Yulimar Rojas comenzó a llorar y posó con mucho orgullo la bandera de Venezuela. Inmediatamente, el resto de las competidoras se acercaron a la venezolana y la abrazaron para felicitarla y reconocer su gran hazaña.