Yulimar Rojas necesitó un sólo intento para meterse a su soñada final del salto triple femenino de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, dando un golpe de autoridad al fijar de entrada el mejor registro de la ronda clasificatoria.
«Entré a la prueba con mucha calma y no tuve ningún problema para clasificarme, y ahora estoy pensando en la final del domingo”, manifestó Rojas.
“Es una posibilidad real para mí», señaló en referencia a su gran objetivo de ganar el oro. «Es algo que deseo con todo mi corazón, mi enfoque está en la medalla olímpica. Sé que habrá buenos resultados y será un verdadero espectáculo”.
Desde la plata que alcanzó en Río, la saltadora de 25 años ha sido la atleta dominante en el triple salto. Se consagró como campeona al aire libre en Londres 2017 y Doha 2019, además de sumar otros títulos logrados en pruebas bajo techo.
En mayo en una competencia en Andújar, España, la venezolana logró un salto que estuvo a nueve centímetros de la plusmarca mundial, en poder de la ucraniana Inessa Kravets (15,50), que rige desde 1995.
Rojas admite que no ha sido fácil para los atletas lidiar con la pandemia del nuevo coronavirus.
“Fue bastante difícil, no solo para mí sino para todos”, afirmó. «El COVID ha convertido esto en unos Juegos Olímpicos inusuales. Pero en términos de mi preparación, fue perfecta. Lo he logrado y estoy aquí”.
La venezolana, de 1,92 metros de altura, llama la atención por su colorido cabello corto. Este viernes lució una combinación de rosado y plateado en la competencia disputada en la fosa del salto del Estadio Olímpico de Tokio.
“Me gusta mezclar colores y quería tener un color diferente para los Juegos Olímpicos», dijo. «Quería un pequeño cambio”.
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