El servicio eléctrico es un problema que se mantiene constante en todo el territorio venezolano. Muestra de ello fueron los resultados obtenidos en la más reciente encuesta del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), la cual se realizó en 12 ciudades diferentes del país y arrojó que un 56,0% de los consultados valoró negativamente la calidad del servicio eléctrico que recibe en sus hogares.
Entre las ciudades que valoraron de manera negativa el servicio eléctrico se encuentran: San Cristóbal (71,8%) en la primera posición y Mérida (71,7%) en segunda. Asimismo, Porlamar (69,7%) fue la tercera urbe con la peor valoración sobre la calidad del servicio eléctrico por primera vez en las nueve mediciones realizadas por la organización.
Mientras que las ciudades con porcentajes menos negativas, fueron Caracas (30,4%), Barcelona (35,2%) y San Fernando de Apure (49,5%).
Según reseñó el OVSP, otro de los datos recolectados hace referencia que los usuarios que valoraron negativamente el servicio eléctrico, las fluctuaciones eléctricas (51,2%) se posicionaron como la principal razón de dicha opinión, seguidas por lo que los usuarios consideraron como esquemas de racionamientos (17,0%), el daño a los aparatos eléctricos (11,8%) la intermitencia (9,7%) y la falta de mantenimiento (6,7%).
Asimismo, en las tres ciudades con las mayores valoraciones negativas sobre la calidad de la electricidad, las fluctuaciones y los esquemas de racionamiento fueron las principales razones de dicha valoración. En el caso de Mérida, las variaciones de tensión eléctrica predominaron en la opinión ciudadana con un 53,7% mientras que el racionamiento obtuvo un 20,2%, representando una diferencia de 33 puntos porcentuales.
En San Cristóbal, la percepción de los encuestados fue similar, donde las fluctuaciones representaron la principal razón de valoración negativa con el 43,5%, seguido de los esquemas de racionamiento con el 25,4%, obteniendo 22 puntos porcentuales de diferencia entre ellas.
Sin embargo, en Porlamar las fluctuaciones (33,3%) y lo que los usuarios consideraron como esquemas de racionamiento (31,2%) obtuvieron proporciones similares, apenas con 2 puntos porcentuales de diferencia.