El sociólogo calificó la educación en Venezuela como “una pobre educación para los pobres” y recalcó que los estudiantes en el país, debido a la pandemia de la COVID-19, han aprendido menos.
“Este año escolar transcurrió y terminó igual al año escolar anterior», afirmó el doctor en educación Tulio Ramírez, quien es también sociólogo, profesional del Derecho y profesor universitario.
Ramírez especificó a Elimpulso.com, los mismos problemas: Persistieron las dificultades para tener acceso a Internet, la posibilidad de adquisición de aparatos tecnológicos, la falta de competencia en el manejo y uso de los software en las plataformas tecnológicas por parte de los docentes, sobre todo del sector oficial, además de la deserción de educadores al sistema educativo nacional.
El profesor universitario destacó que los estudiantes no vieron todos los contenidos de las materias correspondientes a cada año de educación. De igual forma, los mecanismos de evaluación aplicados no fueron confiables.
Falsos positivos
A pesar de que las autoridades educativas proclamaron una tasa de escolaridad alta por haber pasado los alumnos de primaria y bachillerato, sus calificaciones no garantizan que hayan adquirido las competencias que han debido adquirir en condiciones normales.
Aunque se produjeron fallas en los sistemas educativos en América Latina, como consecuencia de la pandemia que impidió el desarrollo normal de clases presenciales, en el caso de Venezuela se multiplicaron las dificultades.
Ramírez indicó que los estudiantes, debido al obstáculo de la pandemia, han aprendido menos. Sin embargo, destacó que ha continuado la persecución que él denomina “falsos positivos en la educación”.
Con esta expresión, explicó, que “estamos viendo una población que aprueba grados, pero sin tener las competencias para ello”.
Esto, vaticina, que les va a traer a los estudiantes en el futuro un gran problema, sobre todo cuando los del bachillerato decidan ingresar a las universidades y demuestren que no poseen las competencias mínimas que debieran haber adquirido para aprobar conocimientos mucho más complejos.
Deserción de educadores
En cuanto a los docentes, debido a sus bajos ingresos y pérdida de beneficios socioeconómicos que les permitan llevar un nivel aceptable de vida junto a sus familiares, Ramírez señala que se ha podido observar que algunos profesores han abandonado el oficio, mientras otros tantos lo han alejado al segundo plano para atender con más interés otras actividades o trabajo que les permitan subsistir.
Al mismo tiempo, sostuvo que una enorme cantidad de educadores ha renunciado o simplemente han desertado del sistema educativo, para irse del país en busca de oportunidades.
“Todo esto va en detrimento de una atención integral personalizada con los estudiantes porque los docentes están más preocupados, como debe ser, por su vivir que por enseñar”, refirió.
Abandonados programas televisivos
A diferencia del año escolar pasado cuando las autoridades educativas comenzaron un programa televisivo para los estudiantes en el período que acaba de finalizar no los hubo.
El doctor Ramírez considera que fueron abandonados por la mala calidad como fueron elaborados y por la poca audiencia que tenían las programaciones.
Pero, “en otros países sí se desarrollaron y los que se pueden ver en las parrillas de cable”, comenta, porque tienen buena calidad y son presentados por excelentes pedagogos.
Vacunación y clases presenciales
El doctor Ramírez asegura que no hay posibilidad alguna de que las clases presenciales, como anunció Nicolás Maduro, comiencen dentro de dos meses, porque ese proceso se iniciaría cuando el 70% de la población esté vacunada.
De acuerdo con informaciones emanadas de la Universidad John Hopkins, de los Estados Unidos, que lleva un estricto estudio sobre la terrible enfermedad COVID-19, en Venezuela apenas ha sido inmunizado el 0,5 % de sus habitantes.
Y el detalle más significativo es que ni el personal de la salud, ni los educadores, en su totalidad, han sido vacunados cuando han debido ser la principal prioridad del Estado.
Pero, además, existe una situación que no puede ser indiferente para las autoridades educativas, como es el mal estado en que se encuentran las instalaciones escolares y la falta de los servicios elementales de agua y electricidad, ya que si hay uno falta el otro, o los dos simultáneamente.
Medidas necesarias
Al plantearle al doctor Ramírez las medidas pertinentes a tomar, enumeró las tres principales:
Primero, cambiar el sistema educativo, a fin de que éste sea el instrumento para el desarrollo del ser humano y de la sociedad. El actual modelo se fundamenta en el Plan de la Patria, según el cual los estudiantes deben aprender los valores socialistas en base al esquema ideológico y adoctrinamiento.
Segundo, acompañar este viraje en un amplio programa de recuperación de toda la estructura física educativa nacional, así como la construcción de nuevos planos. En este sentido hay que tomar en cuenta que en este momento hay más de 3 millones de niños y adolescentes que carecen de estudios. Actualmente hay 24 mil planteles y se requieren otros 15 mil.
Tercero, establecer una política para darle bienestar a los educadores e incentivar a los jóvenes bachilleres para que ingresen a la carrera educativa, ya que en los momentos no existen condiciones para que los profesionales puedan desempeñar su actividad como ya fue expuesta en esta información.
