Para nadie es un secreto que en los Juegos Olímpicos están los mejores atletas del mundo. Por ende, cada deportista dedica la mayor parte de su vida para entrenar e intentar superarse. Por esta razón, el lapso previo a la competición es sumamente importante para cada atleta, ya que de esta manera, pueden aumentar sus posibilidades de hacerse con una medalla en los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, no todos los deportistas cuentan con las mismas posibilidades y oportunidades durante su preparación de cara a unos Juegos Olímpicos. En algunos casos, hay atletas que tienen limitaciones en su preparación, lo que podría significar una traba en su rendimiento. Sin embargo, son estos mismos deportistas quienes demuestran su espíritu de lucha y superación.
El caso de la judoca venezolana Anriquelis Barrios no está alejado de esta situación. La deportista de 27 años de edad disputó los Juegos Olímpicos Tokio 2020 con una pequeña lesión en su pierna derecha, producto de un forcejeo durante sus entrenamientos. El comunicador social Juan José Sayago contó que Barrios vive en Japón con una beca de le federación «que es muy baja».
De hecho, explicó que durante la pandemia por la COVID-19, los atletas con los que solía entrenar Barrios, dejaron de asistir a los entrenos, por ende, la venezolana se vio en la obligación de practicar con hombres, lo que podría significar un riesgo para su físico.
«Incluso un día entrenando en un patio con unas ligas estuvo a punto de perder un ojo. Ya que la liga se rompió y le dio en la cara. Todo esto mientras andaba por el mundo ganando medallas de Grand Slam y de Grand Prix. No tenía para un médico», agregó el comunicador social sobre Barrios.
Un hecho similar ocurrió con la balista venezolana Ahymara Espinoza, quien pensó en dejar el atletismo por falta de dinero, entrenador y apoyo. Espinoza es una profesora de 36 años de edad, y por la crisis que se vive en Venezuela, no le alcanzaba el dinero para costear sus necesidades básicas. Pese a ello, su sueño olímpico fue tan grande, que realizó gran parte de su preparación sola y sin recursos en un campo de beisbol en San José de Barlovento, Miranda.