Boca Juniors quedó eliminado de la Copa Libertadores el martes, al caer en la tanda de penales 3-1 ante Atlético Mineiro, en la vuelta por los octavos de final que terminó en una gresca y destrozos en los vestuarios.
Los jugadores boquenses terminaron furiosos por un gol anulado mediante el videoarbitraje (VAR) en el complemento.
Mineiro avanzó así a los cuartos de final, donde se enfrentará al ganador de la llave que definen este miércoles River Plate y Argentinos Juniors. El partido de ida en la Bombonera terminó igualado 0-0 la semana pasada.
El resultado se repitió en Belo Horizonte, por lo que se debió recurrir a los penales. El argentino Ignacio Fernández, Junior Alonso y el arquero Everson marcaron por el equipo brasileño, mientras que por Boca sólo acertó Marcos Rojo.
La polémica jugada se dio a los 62 minutos, luego que el lateral Marcelo Weigandt marcó tras un largo tiro libre del colombiano Sebastián Villa. Sin embargo, el tanto fue anulado luego que el silbante Esteban Ostojich revisó la jugada en el VAR y decretó un fuera de lugar.
Eso generó una gresca entre los jugadores de ambos equipos. Después de que terminó el partido, se generó el caos. Jugadores de Boca se liaron a golpes con empleados de seguridad del estadio.
La prensa argentina reportó una agresión del presidente de Mineiro, Sergio Coelho, contra jugadores del Xeneize. La policía de Brasil intervino y hasta lanzó gases para controlar la situación.
Juan Román Riquelme, vicepresidente de Boca Juniors, señaló que la seguridad no dejó pasar a los jugadores a la zona de vestuarios tras el final, y advirtió que querían dejar detenido a algún jugador.
“Me siento triste, amaba jugar esta competencia”, añadió Riquelme. “Era lindo ir a competir a Brasil o cualquier lado, pero esto no, nunca vi una cosa igual, que ganes los dos partidos, te dejen afuera, que no te quieran cobrar los goles”.