Más de dos años lleva colapsada una cloaca en pleno centro de Carora, municipio Torres, y pese a las protestas y quejas de los vecinos, la alcaldía y la gobernación se han mantenido ajenos al problema.
Es un río de aguas negras que salen a la superficie, al desbordarse por la tubería dañada en la calle Contreras con calle Monagas, cuyas familias no soportan los olores nauseabundos y la proliferación de moscas invadiendo los hogares.
Para aminorar el desastre, las heces que emanan de la cloaca fueron desviadas y entran por la rejilla de una alcantarilla por donde solo debe caer agua de lluvia, ocasionando contaminación a la quebrada que recibe dicha putrefacción.
María Pérez no sale del asombro al contar que hace más de dos años que la cloaca reventó sin que este tiempo le importe a las autoridades.
El paso por el lugar se encuentra restringido porque los propios vecinos colocaron obstáculos para evitar el tránsito de vehículos que contribuyan al hundimiento de lo que queda de pavimento.
Otro caso, similar se presenta desde hace dos años en la calle Vargas con calle Padre Gutiérrez, sector Carorita, donde una cloaca llegó a su vida útil y las aguas negras caen en un canal pluvial.
Habitantes de esta comunidad han reportado el problema a Hidrolara donde les responden “que no hay recursos para acometer la reparación”.