Aquí estamos, firmes, con la integridad y resolución de siempre.
Voluntad Popular es expresión de la esperanza de millones de venezolanos de alcanzar la libertad.
Con su saña, con su feroz persecución, con las mentiras con que el régimen justifica sus aberraciones judiciales, ratifica ante el mundo que transitamos por el camino correcto de esta historia que, Dios mediante, tocará a su fin.
Somos, en definitiva, un obstáculo para la tiranía, y eso es timbre de orgullo a los ojos de cualquier demócrata. Nadie podrá dudar de nuestra lealtad venezolana, nadie podrá sospechar de la honestidad y transparencia de nuestras luchas.
Secuestran a todo quien figure en el entorno del presidente interino Juan Guaidó, se empecinan en echarle el guante y fabricarle cargos infamantes a todo aquel que incurra en el delito de sostener alguna afinidad con Leopoldo López; y en el odio que destilan dejan al descubierto las huellas de su frustración, porque no han podido quebrarlos ni lograr que se presten para hacerles comparsa en sus perversas maquinaciones.
La dictadura nos quiere sacar del camino, a sangre y fuego, a punta de cárcel, desaparición, exilio y asesinato moral, porque no transigimos, porque no estamos dispuestos a claudicar, a entregar nuestras banderas.
Que se escuche bien: No vamos a traicionar las ansias de libertad del pueblo venezolano, tanto de los que padecen aquí, día tras día, en nuestro suelo, como de los millones que de improviso han tenido que emigrar por necesidad y reinventar sus vidas, con el dolor que aloja en el alma el destierro, la lejanía forzada.
Fuerza y fe, hermanos.
Fuerza y fe, Venezuela.
José Ángel Ocanto