El futuro político de Haití se tornó más turbio el domingo después del regreso sorpresivo de la primera dama Martine Moïse, quien fue dada de alta de un hospital en Miami donde fue atendida por lesiones luego de un ataque en el que el presidente fue asesinado.
Martine Moïse no hizo ninguna declaración pública después de descender de un jet privado con un vestido negro, un chaleco antibalas negro, una mascarilla negra y su brazo derecho en un cabestrillo negro mientras lloraba por el presidente Jovenel Moïse, quien fue asesinado el 7 de julio en su casa privada.
Algunos expertos, como muchos en este país de más de 11 millones de habitantes, se sorprendieron de lo rápido que reapareció en Haití y cuestionaron si planea involucrarse en la política del país.
«El hecho de que regresara podría sugerir que tiene la intención de desempeñar algún papel», dijo Laurent Dubois, experto en Haití y profesor de la Universidad de Duke. «Ella puede intervenir de una forma u otra».
Martine Moïse llegó pocas horas después de que un destacado grupo de diplomáticos internacionales emitiera una declaración que parecía evitar al primer ministro interino Claude Joseph, el hombre que actualmente dirige el país con el respaldo de la policía y el ejército.
Las autoridades de Haití y Colombia dicen que al menos 18 sospechosos directamente relacionados con el asesinato han sido arrestados, la mayoría de ellos ex soldados colombianos. Al menos tres sospechosos murieron y la policía dice que está buscando a muchos más. Los funcionarios colombianos han dicho que la mayoría de los ex soldados fueron engañados y no sabían del plan de asesinato.