El presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Francesco Rocca, ofreció una entrevista a Efe en la que se refiere a las emergencias humanitarias generadas por la COVID-19, como el reparto desigual de vacunas en un momento de graves olas de la enfermedad en regiones en desarrollo, un tema por el que expresó especial preocupación.
Con respecto al compromiso de donar vacunas que han asumido algunos países, que manifestaron interés por donar millones de dosis a regiones en desarrollo, comentó:
“Doy la bienvenida a cualquier donación, en este momento todo lo que ayude a luchar contra la COVID-19 es positivo, pero, siendo honestos, no es la respuesta correcta, es una solución temporal. La única respuesta válida implica una suspensión durante un tiempo de la propiedad intelectual de las vacunas que permita construir instalaciones y dar las tecnologías necesarias a otros países. Sé que es difícil para muchas economías, y sé lo poderosas que son las compañías farmacéuticas, pero creo que salvar y proteger vidas es ahora lo importante. No es una cuestión de donar 14 o 15 millones de dosis, porque estamos hablando de miles de millones de personas que necesitan inmunizarse”.
Se refirió también al alto número de contagio que se ha mantenido en los países más pobres y dijo que el programa COVAX había fracasado en cuanto a su principal objetivo, que era “proteger a los más vulnerables en todo el mundo, como los trabajadores sanitarios”.
“La distribución de vacunas no tendría que depender del dinero de uno u otro país, sino de dónde están los grupos vulnerables. Los científicos avisan, por otro lado, que esta situación supone un gran riesgo, incluso para los países con altas tasas de vacunación, porque el surgimiento de variantes puede ser una nueva amenaza incluso para los ya inmunizados. Podríamos regresar a la casilla de salida si no lidiamos con este problema lo antes posible”, añadió.
Por otro lado, aseveró que en Venezuela se “vive una situación muy difícil”: “La FICR está intentando apoyar la distribución de vacunas, dificultada por las tensiones políticas, aunque la población venezolana no tendría que ser la víctima de tales tensiones. He tenido importantes encuentros con las autoridades, la oposición y la sociedad civil venezolana, y aunque la situación sigue siendo muy difícil la Cruz Roja sigue comprometida a trabajar con el país, siendo un actor independiente. Tengo cierta confianza, porque tenemos allí miles de voluntarios, gente joven muy comprometida y dando la energía positiva que se necesita, y se les debe proteger ante las presiones políticas”.
Otros países del mundo que, a su juicio, necesitan ahora ayuda urgente como consecuencia de la pandemia son Indonesia y África.
Asimismo, destacó: “Las muertes por COVID-19 siguen sin bajar en América Central y del Sur”.
Lea más detalles en Runrunes