Mientras algunos caroreños dormían y otros se preparaban para ir a la cama, de manera sorpresiva un huracán arropó las barriadas y urbanizaciones de Carora, municipio Torres, la noche del pasado lunes 12 de julio.
El fuerte silbido del viento, el ruidoso remezón de los árboles, el crujido de vidrios de ventanales de los hogares, desprendimiento de viejos latones de zinc y el golpeteo de guayas del tendido eléctrico atemorizaron a las personas que recién se habían acostado y les quitó el sueño a quienes se disponían a entrar en sus camas a conciliar un profundo descanso.
Estos vientos arremolinados dejaron como consecuencia apagones en diversas zonas, caída de la señal de televisión, de internet y datos de telefonía celular hasta este martes que comenzaron a restablecerse estos servicios de forma paulatina.
Los caroreños entraron en pánico ante la presencia del huracán, cuyos vientos superaron a la cantidad de lluvia.
Afortunadamente, el fenómeno natural duró unos 10 minutos, y a pesar de su fuerza no causó daños graves a viviendas ni personas damnificadas, solo un gran susto del que se reponen los caroreños.