El índice de inflación para el mes de junio registró una variación de 6,4 %, lo que refleja una fuerte desaceleración con respecto al mes precedente cuando fue de 19,6 %, reduciéndose en 13,2 %; mientras que la variación acumulada entre enero y junio fue de 333 % y la anualizada junio 2020/junio 2021 fue de 2.615,5 %.
La información la dio a conocer el economista José Guerra, quien indica que esta desaceleración en la tasa de inflación, se debe fundamentalmente a la estabilización de la tasa cambio que en el mes de junio se depreció en 3,3 % lo que se tradujo en que la variación de la tasa de inflación bajara de 19,6 % a 6,4 %.
Aseguró que el país aún sigue en hiperinflación, porque se requiere estar doce menos con una inflación mensual por debajo del 50 % para poder expresar que no hay hiperinflación y Venezuela no califica para esto.
En cuanto a los rubros dijo que los servicios registraron la variación más alta con 7 %, mientras que alimentos y bebidas no alcohólicas experimentaron un alza de un 5 %, muy por debajo de lo que se venía registrando en meses anteriores.
Por otra parte, la Canasta Alimentaria llegó a su pico más alto al ubicarse en Bs. 950.000.000 millones, equivalentes a 300,27 dólares, con un incremento del 20 % con respecto al mes anterior, mientras que la variación anualizada fue de 28,4 %.
Destaca que con un salario mínimo de Bs. 7.000.000 millones se requieren 135,7 salarios mínimos para poder adquirir los alimentos para una familia de cinco miembros.
Guerra explicó que para la contención de la inflación el régimen está utilizando una mezcla muy peligrosa de mantener el anclaje del tipo de cambio, quemando reservas internacionales y una política monetaria que mantiene el encaje bancario en 90 %, lo que se expresa en la ausencia del crédito, afirmando que en las últimas semanas el BCV ha destinado alrededor de $200 millones para contener el alza del tipo de cambio, afirmando que la desaceleración de la inflación va a permanecer, hasta tanto duren las reservas internacionales.
Por otra parte, Guerra afirmó que la reconversión monetaria no significa un programa económico, sino que se trata de una medida para facilitar las transacciones; sin embargo, advierte que si se mantiene una tasa de inflación de 110 % los billetes perderán valor raídamente y habrá que comenzar a planificar una nueva reconversión.
Advierte que el país tiene dos salidas, la primera adoptar el dólar como moneda nacional, con todo lo que ello implica, eliminar el bolívar, desaparición del Banco Central y sería la Reserva Federal de los Estados Unidos la que controlaría la política monetaria venezolana.
La segunda alternativa sería adoptar una nueva moneda nacional, con una tasa de cambio fija con el dólar o el euro y que se pueda ajustar gradualmente.
