El papa Francisco desayunó este martes, leyó los periódicos y dio un paseo dentro de su recuperación de una cirugía intestinal, según indicó el Vaticano. Las revisiones tras la operación fueron “buenas” y normales.
Francisco durmió bien por la noche tras la operación del domingo, añadió en un comunicado el vocero del Vaticano Matteo Bruni.
“Su santidad el papa Francisco descansó bien durante la noche”, dijo Bruni. “Esta mañana desayunó, leyó algunos diarios y se levantó para caminar. La recuperación posoperatoria es normal. Las pruebas de rutinas son buenas”.
Francisco, de 84 años, pasó por una operación de tres horas el domingo en la que se le extirpó la mitad del colon, después de que desarrollara un estrechamiento del intestino grueso.
Suponiendo que no hubiera complicaciones, se esperaba que permaneciera toda la semana en la Policlínica Gemelli de Roma, que tiene una suite especial reservada a los papas.
El Vaticano ha dado pocos detalles sobre el diagnóstico del papa o la intervención, y se ha limitado a decir que ingresó en el hospital para una cirugía programa por una estenosis diverticular, o estrechamiento del colon.
Es un problema común que afecta en torno al 80% de las personas mayores de 80 años, pero puede requerir cirugía si el interior del colon se ve tan deteriorado que empieza a obstruirse, indicó el doctor Yann Parc, director de personal del Hospital Saint Antoine de París y que no participó en el tratamiento del pontífice.
Por lo general, la cirugía requiere retirar la parte izquierda del colon y conectar las partes sanas con el intestino grueso.
“Parece que el papa tenía esta patología, y de forma comprensible los cirujanos italianos retiraron esa parte y lo cosieron al recto para recrear un tránsito digestivo normal”, explicó Parc.
Francisco ha tenido una salud relativamente buena, aunque en su juventud perdió la parte superior de un pulmón debido a una infección. También sufre de ciática, lo que le hace caminar con una visible cojera.
En principio, el próximo acto en público de su agenda sería el domingo 11 de julio. Los domingos suele asomarse a una ventana con vistas a la Plaza de San Pedro, desde la que bendice a los fieles que hay abajo y habla unos minutos, a menudo sobre cuestiones de actualidad.
Si permanece hospitalizado, Francisco podría optar por seguir la costumbre de uno de sus predecesores cuando estaba ingresado en el hospital. Durante alguna de sus muchas estancias en la clínica, el san Juan Pablo II se asomaba a veces a la ventana de su habitación del hospital y bendecía a la gente reunida debajo para transmitirle sus buenos deseos.