En medio de una gran crisis económica, liderada por una dolarización no oficial, las ventas en el sector inmobiliario venezolano se mantienen sumidas en una recesión desde hace al menos 6 años. Sin embargo, parece que durante la pandemia el mercado tuvo un leve crecimiento.
En Venezuela, la migración masiva dejó un país con menos habitantes y cada vez más propiedades vacías, lo que desplomó el valor en cada metro cuadrado. Según las cifras de la Organización de Naciones Unidas, actualmente unos 4.6 millones de venezolanos se encuentran en calidad de migrantes. Un gran porcentaje, vendieron todos sus bienes en el país de origen porque no planean regresar.
De acuerdo a lo publicado por el portal NTN24 «En promedio, los precios están subiendo. La gente tiene una percepción porque se mueve en un círculo chiquito donde cree que suben y bajan los precios, pero ya eso de ‘mango bajito’ se acabó», señaló el presidente de la Cámara Imobiliaria de Venezuela, Francisco López.
Se estipula que en las principales ciudades del país se pueden adquirir apartamentos en zonas residenciales de clase media-baja entre US$ 7.000 y US$ 20.000. Considera además, que pese a la pandemia el año 2021, puede tener un crecimiento mayor.
«En el año 2020, con todo y pandemia tuvimos un crecimiento de 25 % en operaciones», destacó López.«Hay que reactivar el sector de compra y venta porque no hay financiamiento , se pudieran hacer ajustes y que se hagan en dólares», resaltó López.
Sectores turísticos como la Isla Margarita y Puerto La Cruz en pleno Mar Caribe, tampoco escapan de esta realidad, pues un apartamento de dos habitaciones, piscina y jardín cuesta unos US$ 21.000, lo que representa un costo menor que comprar un automóvil en Estados Unidos.
A la caída del poder adquisitivo de los venezolanos, fallas en servicios, la inexistencia de créditos bancarios y el éxodo, además se suma el latente fantasma de la expropiación. Un gran riesgo que no muchos inversores están dispuestos a correr.
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