Más de 1.000 soldados, bomberos y policías trabajaron durante este domingo en Atami, una localidad turística al suroeste de Tokio, donde una enorme avalancha de lodo mató al menos a dos personas y dejó unos 20 desaparecidos tras arrastrar autos y casas.
El primer ministro, Yoshihide Suga, dijo a la prensa que se había rescatado a 19 personas, y que 130 viviendas y edificios habían sufrido daños.
Hay dos muertos contabilizados, pero se teme por los desaparecidos, indicó tras una reunión de emergencia del gobierno. Responsables de emergencias habían informado antes de 20 personas en paradero desconocido, aunque advirtieron que podría haber más. Las autoridades de la prefectura de Shizuoka reportaron tres heridos.
“La zona sigue con fuertes lluvias, pero los arduos esfuerzos de rescate continuarán”, dijo Suga, que advirtió a los vecinos del riesgo de más deslaves. “Por favor, actúen tan rápido como puedan para mantenerse a salvo”.
Tropas, bomberos y otros trabajadores respaldado por tres barcos guardacostas trabajaban para despejar de lodo las calles de Atami y llegar a los que se creía habían sido arrastrados o atrapados. Apenas se veía poco más que los cascos de los rescatistas en medio de la lluvia y la densa niebla. Seis drones militares sobrevolaban la zona para asistir a la operación.
La masa de lodo cayó el sábado por la mañana por una ladera y chocó con las hileras de casas tras varios días de aguaceros.
Testigos del deslave dijeron que habían escuchado un ruido atronador y después vieron impotentes cómo oleadas de lodo sobrepasaban las casas.