Los países europeos están tratando de acelerar sus campañas de vacunación contra el COVID-19 para superar el ritmo al que se propaga la variante delta del coronavirus, más contagiosa, en una carrera de alto riesgo para evitar que los hospitales vuelvan a llenarse de pacientes luchando por sus vidas.
La urgencia coincide con los meses de vacaciones de verano en el continente, cuando el buen tiempo deja más reuniones sociales, y con las reticencias de los gobiernos a tomar medidas drásticas. Las normas de distancia social suelen ignorarse, especialmente entre los jóvenes, y en algunas naciones se está eliminando la obligatoriedad de usar mascarilla al aire libre.
Los incentivos para que la población se vacune van desde regalar comestibles y vales para viajes y ocio, a sorteos de premios. El presidente de Chipre ha apelado incluso al patriotismo.
El riesgo de contagio por la variante delta es de “alto y muy alto” para las comunidades que no han iniciado o completado la vacunación, dijo el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades, que monitorea 30 naciones del continente. Se estima que para finales de agosto, el 90% de los casos que se registren en la Unión Europea estarán causados por esta variante.
“Es muy importante avanzar con las campañas de vacunación a un ritmo muy alto», adivirtió la agencia.
La Organización Mundial de la Salud también está preocupada. La variante hace que el crecimiento de la transmisión sea “exponencial”, según Maria Van Kerkhove, su principal experta técnica en COVID-19.
La cifra de contagios diarios se está incrementando ya considerablemente en países como Gran Bretaña, Portugal y Rusia.
En Gran Bretaña, los nuevos casos de la variante delta se han cutriaplicado en menos de un mes, y los reportados el viernes superaban en un 46% el dato de la semana anterior.
Las autoridades de salud portuguesas informaron esta semana un aumento “vertiginoso” en la prevalencia de la variante delta, que representó apenas el 4% de los casos en mayo, pero supuso casi el 56% en junio. El país registra su peor tasa diaria de contagios desde febrero, y el número de pacientes hospitalizados con COVID-19 ha superado los 500 por primera vez desde principios de abril.
Los reportes de nuevas infecciones en Rusia se han más que duplicado en junio, superando la barrera de las 20.000 diarias esta semana. Los decesos llegaron a 679 el viernes, el cuarto día consecutivo batiendo récords.
Pese a esto, “nadie quiere ningún confinamiento”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, en una conferencia de prensa, aunque admitió que la situación en varias regiones del país es “tensa”.
En algunas zonas, el virus se propaga mucho más rápido entre los jóvenes,. En España, la tasa nacional de contagios a 14 días por cada 100.000 habitantes se elevó a 152 el viernes. Pero en el grupo de edad de 20 a 29 años, se disparó hasta 449.
Estos datos han encendido las alarmas en todo el continente.