Las autoridades venezolanas comenzaron a inocular a la población contra COVID-19 con la candidata vacunal cubana Abdala.
Un lote donado por La Habana llegó a Venezuela en días recientes y fue incorporado al plan de vacunación masiva del gobierno. Ambos países suscribieron un contrato para el suministro de 12 millones de dosis en los próximos meses.
“Yo creo que todas las vacunas están desarrolladas para el bienestar de la humanidad (y) uno como persona. Yo creo que lo mejor es tenerla”, dijo a The Associated Press Yoleima Cartaya. La trabajadora independiente de 37 años recibió en la jornada la primera de tres dosis de Abdala en una zona residencial ubicada dentro de los límites del Fuerte Tiuna de Caracas. “Me siento muy bien”, agregó sonriente.
Algunos venezolanos habían expresado reserva sobre la falta de información de la campaña de vacunación y el hecho de que Abdala no ha sido avalada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud, pero otros se sintieron tranquilos al recibir la dosis. “Lo que tengo es alegría porque llegaron las vacunas y van a vacunarme”, manifestó Elena Varela, de 75 años. “Como aquí está la cubana, muy bienvenida”.
Según dijeron las autoridades cubanas la semana pasada, su inmunizante tiene una eficacia de 92.28%.
“No me he vacunado todavía”, dijo Edwin Quintana, un obrero de 32 años que no está registrado en la plataforma gubernamental conocida como Carnet de La Patria, que muchos asocian con una especie de afiliación indirecta al partido de gobierno y que hasta ahora ha sido el principal medio usado para notificar el lugar y fecha de la vacunación.
“No tengo Carnet de la Patria”, así “que no me llegan los mensajes y no sé cuál es el proceso que tengo que seguir realmente para poder vacunarme”, acotó Quintana, quien además dijo desconfiar de Abdala. “No sé realmente si la vacuna cubana ha pasado por los procesos de verificación que tiene, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud” ni “si cumple con todos los requisitos a nivel internacional” para ser aplicada a una población”, aseveró. En contraste, dijo conocer más sobre la rusa Sputnik V y la china Vero Cell.
En contraste con el entusiasmo de Nicolás Maduro por el anuncio de la adquisición de las vacunas cubanas, varios gremios de la salud e instituciones independientes como la Academia Nacional de Medicina de Venezuela han expresado su “preocupación ante la introducción en la población venezolana de productos de dudosa credibilidad científica”.
“La credibilidad de cualquier vacuna, y su aceptabilidad por la comunidad, se basa en gran parte en la publicación de los resultados en revistas científicas de reconocido prestigio reconocido” o “la autorización por un organismo regulatorio independiente y creíble, tales como la FDA de los Estados Unidos o la Agencia Europea de Medicamentos, aunque suponemos que dichos organismos no serán consultados”, enfatizó la Academia. “En este sentido creemos que la opinión de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud sería muy importante”, agregó el escrito.
Maduro ha dicho que aspira inmunizar al “menos el 70% de la población” en septiembre. El país inició el 18 de febrero la primera fase de vacunación focalizada inicialmente en el sector salud, seguridad y educación, y el 29 de mayo sumó al proceso a los mayores de 60 años.
Venezuela registra 270.654 casos acumulados y 3.084 fallecidos.