El régimen chavista es sinónimo de corrupción y mala administración. Han destruido todo lo que manejan. Sus resultados secuestrando el poder son iguales o peores que desastres naturales y conflictos armados. En 22 años arruinaron el aparato productivo del país y cada industria. Son responsables del hambre, la ruina de los hospitales y servicios básicos, la censura, la represión, el miedo, los millones de migrantes y familias rotas. Cada uno de los venezolanos que hoy pasa penurias, padece dificultades y sufre por una pésima calidad de vida es por el régimen.
Pese a que Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo en todo el mundo, se deben hacer largas colas para cargar combustible en los vehículos. A pesar de que los avances tecnológicos permiten cada vez más facilidades y aumentos en la producción, Venezuela produce al mismo ritmo que en la época de nuestros abuelos. Los números de PDVSA en sus manos son indignantes y llenan de dolor a todos los venezolanos porque sufrimos las consecuencias de esa destrucción. El país tuvo ingresos de miles de millones de dólares por las exportaciones del boom petrolero entre 2004 y 2012, pero ese dinero ahora está en los bolsillos del régimen, fue mal gastado y no se invirtió para mejorar la industria petrolera ni mantener los equipos óptimos.
La actual crisis de transporte en el país por falta de gasoil y diésel también es responsabilidad del régimen. Nunca invirtieron en el mantenimiento de las refinerías y hoy se encuentran en un pésimo estado. Pasamos de ser un país exportador a no poder abastecernos a nosotros mismos. El sistema de transporte en las principales ciudades de Venezuela es cada vez peor y son los venezolanos quienes padecen las terribles secuelas.
En este sentido, acorde a los datos manejados por la Federación nacional de ganaderos de Venezuela (Fedenaga), se estiman una paralización de 70% de la producción, consecuencia de la escasez de combustible. Van aproximadamente 5 meses sin producción. Esta situación solo hace acrecentar el precio de los productos agropecuarios, imposibilitando aún más la capacidad de compra de los venezolanos.
Sin embargo, los venezolanos no nos hemos dado por vencidos. Para poder salir de este abismo en el cual nos encontramos debemos seguir luchando. Nuestro norte es y será siempre recuperar la democracia para que las instituciones del Estado trabajen en verdad por y para el bien de todos, para que los funcionarios públicos sean transparentes con sus funciones y no haya más atropellos contra el que piensa distinto. El cambio de modelo es necesario para que poco a poco las estadísticas del país sean positivas y nuestra sociedad progrese.
Stalin González