Este perico es en general verde, con la frente y áreas alrededor de los ojos, de color rojo oscuro.
Cuando vuela se hace evidente la mancha roja oscura del abdomen.
Lo parte baja de sus alas es grisácea. La coronilla y la nuca son azules; la franja frontal y lados de la cabeza, de color rojo y el aspecto del escamado del pecho con márgenes más anchos.
Lo brillantemente y colorido de sus plumas se debe a que está “equipado” con pigmentos resistentes a las bacterias llamados psittacofulvinas. Estos, que producen únicamente los loros, les dan a las plumas sus diferentes tonos.
Y cuando están expuestos a bacterias dañinas, los pigmentos ayudan a evitar la degradación de las plumas.
Los polluelos de este perico nacen solo con una capa delgada de plumas finas llamadas plumón, y están ciegos en las primeras dos semanas de sus vidas.
A las 3 semanas, les comienzan a salir las plumas de adulto. Los polluelos no alcanzan su madurez total hasta que ellos tienen entre 1 y 4 años de edad.
Su distribución conocida abarca unas decenas de kilómetros cuadrados, y la distribución potencial apenas cubre unos 3.000 km2 en Venezuela, con 5.400 km2 adicionales para la especie (subespecies caeuleiceps y pantchenkoi) en Colombia.
La pérdida del bosque y la fragmentación son las principales amenazas que enfrenta esta ave, pero la especie también es atrapada y mantenida en jaulas como mascota. De acuerdo con las categorías de la UICN se considera como En Peligro (EN), debido principalmente a la destrucción de su hábitat.