“Cuento de Alicia en el País de las Maravillas”
Alicia se recostó a la sombra de un árbol del jardín de su casa para descansar. De repente, sin saber si se trataba de un sueño o no, vio a un gran Conejo Blanco que pasaba delante de ella. Vestía un chaleco y llevaba un paraguas en una mano. Decidió seguirlo. El conejo entró en lo que parecía ser una madriguera y, al entrar tras él, Alicia comenzó a caer en un pozo que parecía no tener fondo. Una vez que dejó de caer, se dio cuenta de que estaba en un lugar totalmente diferente de todos en los que había estado o que había visto. Aún asustada, vio que el Conejo Blanco pasaba nuevamente delante suyo. Vio que tenía un gran reloj en sus manos y que repetía sin parar: «¡Se me hizo tarde, se me hizo tarde!»
Lo siguió, atravesando muchos otros lugares y, en un momento dado, llegó a un desvío (bifurcación, cruce), del cual salían muchos caminos en todas las direcciones. Se dio cuenta de que había perdido al Conejo Blanco. Se sentó sobre una piedra al costado del camino y comenzó a llorar desconsoladamente. Luego escuchó una carcajada que venía de la copa de un árbol. Tratando de descubrir quién se reía de ella, logró divisar una gran boca que sonreía y desapareció … Fijó la vista en ese punto y vio que detrás de esa gran boca había un gato, el Gato de Cheshire. Era un gato con ojos amarillos y pelo azul y púrpura.
El Gato de Cheshire vio sus lágrimas y le preguntó: «¿Por qué lloras, niña bonita?»
«¡Por favor, ayúdame! No sé cuál camino debo tomar», respondió Alicia.
El gato continuó: «Eso es muy sencillo, puedo ayudarte. ¿Dónde quieres ir?»
«No lo sé», respondió Alicia.
«Si no sabes hacia dónde vas, toma cualquier camino, porque cualquier camino puede llevar a aquellos que no saben hacia dónde van», concluyó el gato.
Es una novela de fantasía escrita por el matemático, lógico, fotógrafo y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll, publicada en 1865.
Lo importante de este trozo de la novela de fantasía “ Alicia en el país de las maravillas “es que debemos llegar a la conclusión de que sólo cuando existen metas claras, se contarán con elementos, que permitan elaborar opciones y así poder tomar decisiones coherentes.
Es necesario tomar conciencia de la importancia que tiene para las vidas de los emprendedores el tener una visión a largo plazo así como Fijar Metas y objetivos a corto plazo. Deben reflexionar sobre sus logros, capacidades, aspiraciones y definiciones para lograr el éxito. Deben tener claro dónde quieren que sus empresas estén en los próximos, 5, 10 y 20 años.
Cuando los emprendedores fijan metas y objetivos, los mismos tienen que ser estimulantes y deben tener un significado personal.
En este conjunto de ideas, encontramos a mi padre, Andrés Blas Olivo, gran conversador, que se le reconoce como el soñador del grupo familiar de Patas Capri. Soñador porque siempre estaba pensando desde que se levantaba cómo haría dinero para su familia, la de él directamente y la de todo el grupo. Fue un emprendedor innato, así lo llamaríamos hoy en día. Tenía claro que quería en su futuro empresarial. Llevaba permanentemente un diario, en el que escribía todos sus planes y las cosas logradas. Tenía un gran respeto por las personas que trabajaban para él y a las cuales recomendaba siempre cuidar, porque ellos eran el motor de su empresa y su futuro.
El decide invertir en Pasta, porque según él “todo lo que es comida, se vende”, y eso lo tenía muy claro. Con el tiempo comenzó́ a buscar terreno para la ampliación de la fábrica de San Martín, una vez hasta se gastó un par de zapatos en la búsqueda, fue entonces cuando fue a ver con su esposa un terreno cerca de Los Teques, en los altos mirandinos, el cual costaba Bs.10,00 el mts 2 y entonces le dijo a mi mama, es aquí́ donde la vamos a ver crecer y la vamos a ver grande, ya tenía claro cual iba a ser su futuro y el de la empresa.
Decía, “la variedad de productos y su calidad siempre uniforme, nos harán los favoritos del Venezolano”; ”tan pronto superemos esta primera etapa, tenemos que dedicarnos a crecer”. Estaba clarito con las metas y objetivos por alcanzar, que no eran inmediatos, llevarían tiempo, pero sabía a donde quería ir y como.
El señor Miguelino recuerda de Don Blas su visión para los negocios, siempre destacando su honestidad , un recuerdo que atesora especialmente es cuando Don Blas lo cuidó cuando enfermó. Tanto el señor Miguelino como el señor Donato, fueron reclutados por mi padre, ya que el veía su crecimiento y necesitaba que la producción estuviera garantizada plenamente con eficiencia y calidad y por eso lo hizo. Primero con Miguelino y luego con Donato, socios de la empresa.
Inicialmente, mi padre se encargo exclusivamente de la fabrica de pastas. Con los años y mucho trabajo duro, Capri se consolidó en el mercado, se introdujo las especialidades, vivió́ el cambio del empaque, incluso se introdujeron nuevas presentaciones. Por ese entonces, Don Miguel recibía ofertas económicas atractivas de otras compañías y percatándose del valor del trabajo de Miguelino, Blas Olivo le ofreció́ darle a Miguelino el 4% de las acciones a cambio de 20 mil bolívares que él sabia tenia ahorrado, “y me amarró” dijo Miguelino. Igual sucedió con el señor Donato.
Definitivamente, como muy bien lo enseñan en el curso formación del Programa Empretec de las Naciones Unidas, que maravillosamente retratan completamente a mi padre; las características mas importantes de como actúan emprendedores son: Tienen una visión clara de su vida a largo plazo, conocen sus lados fuertes y débiles, siempre procuran alcanzar sus objetivos, toman ventaja de su lado fuerte y anticipan los problemas que pueden surgir de su lado débil.
Continuara….
Italo Olivo
www.iolivo.com
