Cuando muere mi madre, es la gota que derrama el vaso. Confluyen en mí, pensamientos de tribulación, perplejidad y rabia. Y se anida la incertidumbre y la amargura en mi corazón. Entonces, aparece ante mí la palabra de Dios. Voy hacia ella, a leerla, indagar, estudiar y preguntar, por lo cual comienzo a comprender lo que no podía anteriormente. La filosofía y las teorías religiosas no tienen sentido. La venda en mis ojos se cae y una luz va apareciendo poco a poco en el firmamento de mi mente y de mis pensamientos. Me llega la verdad “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 3:28 Por ello, la idea de que mi abuela estaba en el cielo no me entraba y las teorías del sitio donde se fue mi hermano, mi Papá y mi Mamá tampoco, claro, no lo había dicho Dios.
¡Ahhh! ahora sé que mis seres queridos no van a ninguna parte. Por ello, mi mente no aceptaba lo que me decían del cielo, por cuanto Dios enseña otra cosa. Dice “Los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; hasta su memoria queda en el olvido. También su amor, su odio y su envidia perecieron ya, y nunca más participan en nada de lo que se hace bajo el sol.” Ecle.9:5,6. Muy claro, no van al cielo ni a ninguna parte, bajan al sepulcro y esperan el día de la resurrección. El libro de Hechos lo ilustra así. «Hermanos, se puede decir confiadamente que el patriarca David murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta hoy… «Porque David no subió al cielo…” Hechos 2:29,34. Entendí, que el que muere, con el tiempo, se vuelve arenilla, polvo. Por ello dice la Palabra “Y el polvo vuelva a la tierra de donde vino,…” Ecle.12: 7. “Les quitas el aliento, dejan de ser, y vuelven al polvo” Salmo.104:29.
Mis apreciados, he aprendido de Dios a través de su Palabra, que la muerte es un sueño. El Señor la definió. “Lázaro nuestro amigo duerme; más voy a despertarle del sueño.” Juan 11:11. Saber eso da tranquilidad, porque la promesa viene de Dios. Tampoco afirma que el alma es inmortal y que sube al cielo. Todo lo contrario. Dice «El alma que pecare, esa morirá» (Eze. 18: 20). Lo que sí sucederá es que “… el mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero.” 1Tesal.4:16. Ojo, no todos serán salvos. Dios lo pone muy claro solo “los muertos en cristo” porque la Gracia de Dios no es gracia barata. Y agrega de manera amplia, concisa y precisa “Todos seremos transformados. (todos los salvos) En un instante… se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” 1Cor. 15:51-53. Definitivamente, quienes han muerto creyendo y confiando en el Señor, él los levantará, resucitarán cuando venga en gloria por Segunda Vez a esta tierra.
Mis amigos, toda esta maravillosa verdad pudo ayudarme mucho junto a mi esposa cuando murió trágicamente mi hijo menor Jorge Enrique con apenas 28 años. Tenía un buen trabajo, una excelente esposa y una bella hija. Nunca contendí con mi DIOS por ello. Entendí, que por alguna razón de amor ligada a la Salvación se permitió guardarlo en el sepulcro. Y lo va a resucitar el gran día de su 2da venida. Llevo en mi corazón un texto donde Dios afirma “Muere el justo y nadie se da cuenta; desaparece la gente buena y nadie entiende que la muerte los libra de sus males” Isa.57:1
¡Hasta la semana que viene Dios mediante por la WEB!
William Amaro Gutiérrez