El papa Francisco pidió hoy que el mundo abra sus corazones a los refugiados para «hacer que crezca una comunidad más humana, una gran familia», en coincidencia con la celebración de la Jornada Mundial del Refugiado bajo el lema «Juntos podemos marcar la diferencia».
«Abramos nuestro corazón a los refugiados, hagamos nuestras sus tristezas, sus alegrías, aprendamos de su valiente resistencia. Así todos juntos haremos crecer una comunidad más humana, una gran familia» , dijo el papa al final del rezo dominical del Angelus ante decenas de personas reunidas en la plaza de San Pedro para escucharle.
Francisco, que ha abogado en numerosas ocasiones por el respeto de los refugiados, aseguró previamente, durante la plegaria, que había estado viendo «las imágenes de tantos que vienen en barca».
El domingo pasado recordó que el Mediterráneo «es el cementerio más grande de Europa» y pidió más solidaridad y menos indiferencia ante las tragedias de los migrantes.
Según un informe publicado este viernes por la ONU, a pesar de la pandemia, el número de refugiados y desplazados internos en el mundo siguió creciendo en 2020, alcanzando un nuevo récord de 82,4 millones, lo que supone que a día de hoy haya más del doble de personas desplazadas de manera forzosa que hace una década, cuando la cifra estaba por debajo de los 40 millones.