Con una cabeza, cuello, garganta y hombros color blanco-amarillento, cara rosada, con pelos blancos dispersos y pelaje más corto y oscuro en la espalda que en otras partes del cuerpo, el Sakí Cariblanco es un primate bastante característico.
Tiene dimorfismo sexual, es decir, sus diferencias de género marcan características claras, el macho tiene la cara blanca o dorada, cuerpo pardo y la hembra es grisácea. Un grupo típico está formado por un macho, una hembra y de 1 a 3 crías.
Los nacimientos del Sakí parecen producirse a finales de noviembre y diciembre. Las crías se independizan a los 6 meses de edad, aunque pueden quedarse con sus padres hasta uno y dos años, por lo que no es raro encontrar familias con 5 miembros.
Tienen una cría por parto, las hebras son reproductoras a partir de los 26 meses de edad y los machos de los 35, además son los que se encargan del cuidado de los pequeños.
El Sakí es silencioso en cautividad, pero en la naturaleza se muestra bulloso, con gritos fuertes y penetrantes algo fundamental para el mantenimiento de los límites territoriales y de los vínculos sociales de la pareja.