La directora del Fondo Monetario Internacional declaró que los países desarrollados tienen la obligación moral de ayudar a los programas para combatir la pandemia y que la donación de vacunas debe ser sólo un primer paso.
Kristalina Georgieva habló el domingo en conferencia de prensa virtual en el marco de la cumbre del Grupo de los Siete, después de que el primer ministro británico Boris Johnson expresó esperanzas de que los líderes del G-7 acuerden donar por lo menos 1.000 millones de vacunas a países pobres.
Grupos humanitarios han aplaudido pero la iniciativa pero han advertido que también se necesitan fondos económicos, apoyo logístico y mayor capacidad de producción.
Georgieva ratificó que las donaciones son una buena idea pero insistió en que se necesitan otras medidas para vacunar a las poblaciones de los países pobres.
“Este es un imperativo moral, pero es una necesidad para que la recuperación económica se mantenga, porque no podemos tener a la población mundial dividida en dos capas sin sufrir consecuencias negativas”, declaró Georgieva.
Si bien casi la mitad de los habitantes de los países del G-7 han recibido por lo menos una de las dosis, a nivel mundial el porcentaje es de apenas 13%. En África, es de apenas 2,2%.
“Esta guerra no se ha acabado”, afirmó Georgieva.
El Grupo de los Siete está integrado por Japón, Alemania, Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia y Canadá.