El candidato izquierdista Pedro Castillo seguía liderando el miércoles los comicios presidenciales de Perú por menos de medio punto sobre Keiko Fujimori, quien interpuso acciones jurídicas para anular medio millón de votos por supuestas irregularidades.
Según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), con el 99% de las boletas contabilizadas Castillo sumaba 50,2% y la aspirante de derecha 49,8%, una diferencia de más de 73.000 sufragios.
No es la primera vez que en Perú las presidenciales se dirimen por pocos votos. En 2016, Pedro Pablo Kuczynski obtuvo 41.438 más que Fujimori, quien demoró más de 24 horas en aceptar el triunfo de su contendiente. Ambos se reunieron por primera vez medio año después.
Fujimori afirma desde el lunes que halló “indicios de fraude” presuntamente ejecutado por el partido Perú Libre de Castillo. El miércoles la candidata anunció a la prensa que presentó acciones de nulidad sobre 802 actas electorales que representan 200.000 votos, y señaló que también se impugnaron otras 1.200 actas observadas que significan otros 300.000 votos.
“Está en juego medio millón de votos a nivel nacional”, denunció Fujimori. “No se hace por mi candidatura, se hace por el respeto a millones de peruanos”.
José Miguel Vivanco, director para las Américas del organismo activista Human Rights Watch, dijo en Twitter que “cualquier denuncia de fraude debe estar acompañada de pruebas serias. El derecho internacional de los DD.HH. exige que se cuente y respete cada voto”.
Cientos de simpatizantes de Castillo y Fujimori marcharon por las calles de Lima.
“Queremos que todo sea perfectamente contabilizado, si así gana el comunismo no hay problema», dijo a la televisora local N Vanya Thais, una manifestante que apoya a Fujimori.
A pocas cuadras, simpatizantes del partido de Castillo coreaban “¡Fujimori nunca más!”. Uno de ellos, Ángel Vargas, manifestó: “Lo vamos a respaldar hasta las últimas consecuencias”, mientras sostenía un letrero con el rostro del profesor.
El Ministerio de Defensa recordó que las fuerzas armadas «no son deliberantes» luego de que una integrante de un programa de televisión local, llamada Alejandra Baigorria, pidió a los uniformados “poner orden” para evitar “que nos roben la democracia un grupo de senderistas y terroristas”, en referencia a los millones de peruanos que votaron por Castillo.
La primera ministra Violeta Bermúdez pidió a Castillo y Fujimori orientar “a sus seguidores para que respeten las formas democráticas”. Indicó que “una competencia electoral no nos debe conducir a un enfrentamiento entre peruanos porque estamos en un momento de emergencia”.
El Tribunal Electoral repartió las credenciales para los 130 integrantes del Congreso unicameral que iniciará su gestión por cinco años desde el 28 de julio, el día de la fiesta nacional. Perú Posible ganó 37 escaños y Fuerza Popular, el partido de Fujimori, obtuvo 24 sillas.
A través de su cuenta de Twitter, Castillo pidió el miércoles tranquilidad a sus simpatizantes y les exhortó a no caer “en provocaciones de quienes quieren ver este país en el caos”.
Dijo que si llega a la presidencia será respetuoso “de la democracia, de la constitución actual y haremos un gobierno con estabilidad financiera y económica”.
La misión electoral de la OEA felicitó el lunes al país por la organización de los comicios en medio de la pandemia y la polarización política, y pidió que “las eventuales inconformidades se diriman por las vías legales a su alcance”.
El mapa de los votos en Perú muestra a un país dividido. Castillo dominó de forma abrumadora en las empobrecidas zonas rurales de los Andes y gran parte de la Amazonía. Por su parte, Fujimori fue la candidata de la élite empresarial, la capital y otras ciudades de la costa del Pacífico.
Si Fujimori pierde sumaría su tercera derrota. La hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, se postuló sin éxito en 2011 y 2016.
Quien gane las elecciones recibirá el poder del presidente interino Francisco Sagasti y gobernará por cinco años a partir del 28 de julio.