El espacio del universo es ingrávido. Los cuerpos ponderables: estrellas, planetas, satélites, etc. en ese espacio ingrávido carecen de peso. El peso solamente es producido por la gravidez; lo contrario de la ingravidez. La gravidez es el peso de todas las cosas. Cuando un objeto se lance al aire y se vea caer, la gravedad está actuando en el objeto. El ejemplo más socorrido es la manzana de Newton. En el espacio ingrávido no puede haber atracción porque no hay gravedad. Antares, una estrella gigante, se moviliza en su órbita como si fuese una pluma. La manzana de Newton cae del árbol, tiene peso, porque la gravedad la atrae. Como el espacio del universo es ingrávido los cuerpos que orbitan en él carecen de peso.
La gravitación de los cuerpos está fundamentada en la ley de la gravitación universal de Newton, que reza: “los cuerpos se atraen recíprocamente con una fuerza directamente proporcional a su masas; e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa.” El contenido de esta ley refleja la incomodidad que sentía Newton al pensar que podía haber un principio que no permitiera que los cuerpos ponderables pudieran dispersarse.
Científicamente hablando, el espacio es ingrávido. Pero en el tiempo en que vivió Newton la ciencia no había descubierto la ingravidez. Newton fue el primer científico que se ocupó seriamente de investigar en este campo y de concretar para su satisfacción la ley de la gravitación universal. Es decir, Newton creyó en la gravedad, lo contrario de la ingravidez. En el espacio del Universo rige la ingravidez, en el espacio ingrávido no es posibles que rija la gravidez; la gravidez es atracción, pero mientras que lo que caracteriza a la ingravidez es la ausencia de peso, de atracción. Los cuerpos ponderables en el espacio ingrávido no son atraídos, y se movilizan en sus órbitas sin peso alguno. Esto es posible porque la ingravidez es carencia de atracción, de peso; en el espacio ingrávido nada tiene peso debido justamente a la ingravidez.
Carlos Mujica
@carlosmujica928