La segunda ola de la COVID-19 en Venezuela ha sido más letal que la de 2020. Sortear la contingencia ha sido diferente en cada región del país. ElImpulso.com junto a Correo del Caroní, Yaracuy al Día, La Nación, Tal Cual y La Mañana presentan en este especial, de seis entregas, las mayores dificultades para atender la COVID-19 en seis estados que estuvieron liderando las cifras de contagios y fallecidos entre marzo y mayo de 2021
Los tíos de Valentina Gil se contagiaron de COVID-19 en marzo de 2021. María Graterol y su abuela también. Ambas familias no solo debieron lidiar con la enfermedad, también con la búsqueda de dinero y de uno de los medicamentos para tratarla: Remdesivir.
Ambos relatos coinciden en el viacrucis que fue costear y conseguir el medicamento en Caracas, desde ubicar el dinero, sortear las fallas de los servicios públicos, métodos de pago y la peregrinación por farmacias e instituciones, como la Fundación Banco de Drogas Antineoplásicas (Badan).
Entre 70 y 110 dólares es el precio, en Caracas, en 2021, por ampolla del Remdesivir, uno de los fármacos recetados para el tratamiento de la COVID-19. En 2020 se conseguía entre 430 y 455 dólares por ampolla, y hasta más, pero fueron menos quiénes se vieron en la necesidad de buscarlo: entre julio y agosto de 2020 y marzo y abril de 2021 se repitió la misma situación en los grupos de WhatsApp y en los usuarios de Twitter de Caracas: servicios públicos solicitando dicho medicamento. La diferencia: el año pasado era más costoso, y este eran más quienes lo requerían.
Durante el segundo período era uno de los medicamentos más buscados en las farmacias de la capital, una de las principales regiones de Venezuela en verse desbordada con la segunda ola de la COVID-19, en este período encabezó la lista de contagios y fallecidos.
Para un tratamiento con esta droga se requieren entre seis y ocho dosis, ampollas, lo que se traduce en $420, en 2021, tomando el monto más bajo; el sueldo mínimo en Venezuela no llega a $3.
Para muchos caraqueños reunir el monto para comprar un tratamiento con esta sustancia, conseguirlo y obtenerlo le sumó caos y angustia a los esfuerzos por superar la enfermedad en un país que atraviesa una grave crisis económica y hospitalaria, hoy un país en el que la mayoría de su población no tienen la capacidad para atender y costear un tratamiento médico.
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