UN COMPROMISO PERSONAL
La Soberanía Personal es Autodeterminación
Por todo lo expuesto, proclamo mi derecho natural e inalienable a la autodeterminación y, acto seguido, en ejercicio de la soberanía personal que poseo, presento ante el resto del mundo mi solemne declaración de independencia.
Así, por la presente, afirmo que no reconozco patria alguna ni poder ajeno sobre mi persona, y que mi obediencia, en su caso, a ciertas leyes contrarias a mi conciencia, emitidas por los diferentes regímenes colectivistas en cuyo territorio me halle en cada momento, será un acto meramente táctico que no comprometerá mi comportamiento futuro.
Como estoy en guerra contra esos regímenes, lucharé con sus armas y me camuflaré en la alienante normalidad de su masa de súbditos, pero, cada vez que tenga la oportunidad de hacerlo, golpearé pacíficamente su estructura, pondré de manifiesto su ilegitimidad y, desafiando o incumpliendo si es preciso sus normas, contribuiré a su derrumbe en beneficio mío y de la Humanidad.
Asumir el Liberalismo libertario
Al declararme rebelde y asumir el liberalismo libertario desde mi propio entendimiento del mismo, me comprometo a la defensa de la causa de la libertad humana, a ser cada día un poco más libre, a hacer cada día algo por herir de muerte al colectivismo y a ayudar solidariamente a cuantas otras personas luchen también por desembarazarse de tan formidables ataduras.
Declarada unilateralmente mi independencia, reconozco de inmediato como único límite a mi libertad la de cada uno de los demás seres humanos, pero, en consecuencia, les impongo también la misma restricción en lo concerniente a mi soberanía, cuya invasión no toleraré.
Luchar por la propia libertad personal
Así pues, llamo a todos hombres y mujeres a adquirir el mismo compromiso personal que aquí suscribo, y les convoco a la subversiva lucha cotidiana por su propia libertad personal, una forma de rebeldía mucho más eficaz que cualquier organización armada.
En su entorno habitual y sin recurrir a la violencia ni disponer de grandes medios, todos los seres humanos pueden hacer algo cada día por situar en el vaso medio vacío de su propia soberanía “personal y la de todos” una gota más de libertad. Cuando todas esas gotas colmen el vaso y todos los vasos se desborden, la libertad fluirá imparable y la Humanidad podrá al fin derrocar el sistema de regímenes colectivistas que aún mantiene sojuzgados a los individuos humanos.
Actualización de los Partidos Políticos
Tomamos prestada la expresión “actualización de su doctrina” del debate que se da en el seno de la Iglesia Católica. Anteriormente, vimos cómo la mayoría de partidos políticos en Venezuela y el mundo, se dicen demócratas, liberales, socialistas, pero…todos -en la realidad práctica- son más o menos leninistas y totalitarios.
Durante las últimas décadas no han evolucionado a “mejor” en su ideario y praxis, y esto se percibe especialmente en el terreno político.
De hoy en adelante, el futuro no está ni a la “derecha” ni a la “izquierda” sino delante, y “delante” significa unas veces “a un lado” y “otras al otro”. Se requieren partidos políticos:
• más cerca del individuo,
• más modernos,
• menos intervencionistas,
• más decididos a derrocar el colectivismo,
• mucho menos conformistas,
• que se fundamenten en el respeto al principio del libertarismo, de la soberanía del individuo.
Si los partidos políticos quieren tener éxito en el siglo XXI, su actualización pasa por ser, sencillamente, mucho más liberales y mucho más directos, francos, abiertos y honestos a la hora de exponer las ideas a los ciudadanos. Si así lo hacemos, con seguridad incorporaremos mucho del discurso libertario.
Los libertarios son una corriente de pensamiento originada en el liberalismo norteamericano, que abandonó la etiqueta “liberal” cuando ésta comenzó a emplearse allí para referirse a los socialdemócratas y otros intervencionistas.
El libertarismo representa el único intento serio de actualizar los partidos políticos y, en el terreno práctico, recuperar jovialidad, frescura e impulso político. Un partido político que avance sobre su propia trayectoria y se atreva a incorporar las principales ideas –ya expuestas- surgidas del libertarismo será mucho más acorde con su época y mucho más viable como fuerza política, porque se diferenciará claramente de todos sus competidores. Será, indiscutiblemente, la corriente ideológica del individuo (como lo ha venido siendo hasta ahora pero con mucho más coraje, empuje y convicción), y al presentarse ante todos con esta clara misión individualista y anti colectivista se hará perceptible y evidente que en realidad al libertarismo, le separa un abismo de todo lo demás que existe en el terreno de las ideas.
A un lado estarán los colectivistas, ya procedan de la izquierda o de la derecha (términos hoy superados) y al otro, los libertarios que velan por el individuo y anteponen la libertad personal a cualquier otro objetivo, lo que les llevará —si hay alguien que a estas alturas todavía nos quiera circunscribir en esa escala de izquierdas y derechas, a ser:
1.- “izquierdistas” radicales cuando se trate de defender a capa y espada:
• la no injerencia del Estado en la moral de las personas o
• los derechos individuales frente a los tabúes de la bioética,
• o la abolición del servicio militar y la pena de muerte,
• o el desmantelamiento del nacionalismo de Estado;y a ser muy…
2.-“de derechas”: cuando se trate de luchar por:
• la plena libertad económica,
• la rehabilitación del lucro como motivo digno y legítimo de la acción humana,
• la plena libertad de horarios y la máxima flexibilidad en la contratación,
• el respeto estricto a la propiedad,
• los impuestos proporcionales frente a los progresivos o
• contra la presión fiscal.
Si los libertarios tenemos el valor de caminar por esta senda, de presentarnos ante la sociedad sin máscaras y decir lo que pensamos, un número suficiente de personas nos seguirá y nos brindará su apoyo, ya sea en política o por otras vías. Esto lo han entendido bien los principales think-tanks, (laboratorio de ideas: es una institución o grupo de expertos de naturaleza investigadora, centrada en el debate de ideas de gobernanza global en sus obras) sobre todo en los Estados Unidos. Falta que lo entiendan los políticos en Venezuela y todo el mundo.
Es comprensible que tras la segunda guerra mundial los políticos pusieran el acento en instaurar y proteger unos mínimos de democracia y Derechos Humanos y civiles, porque esa era la prioridad lógica en su tiempo. Hoy no. Hoy ya no estamos en una época de confrontación armada de las ideologías aunque tengamos frente a nosotros enemigos totalitarios dispuestos a aniquilar incluso la modesta libertad existente. Por tanto, basta ya de entreguismo intelectual: hoy tenemos que pasar página y:
• alcanzar unas cotas de libertad personal muy superiores para todos,
• continuar nuestra misión en vez de seguir cumpliendo la de nuestros abuelos.
Y nuestra misión es reducir el Estado a su mínima expresión:
• afirmando la soberanía y la autodeterminación de cada ser humano y
• profundizando en la democracia plena para la toma de las decisiones, necesariamente. colectivas.
Se abre ante todos, individuos, partidos políticos y todo tipo de instituciones en la sociedad, una nueva etapa en la que tenemos mucho que decir, pero en la que sólo se nos escuchará si lo decimos:
• con convicción,
• con diferenciación respecto a todos y,
• en muchos casos desde fuera del consenso generalizado con acciones que lo demuestren.
Aplicarlo a la política de partidos es la gran asignatura pendiente. Tenemos que desaprendernos de todo:
• el maquiavelismo de la vieja partidocracia,
• ese pactismo que nos ha llevado a demasiadas concesiones respecto a puntos claves de nuestra filosofía.
Pienso que aún es posible trabajar por el libertarismo desde la política de partidos, aunque tal vez sea necesario refundar de arriba a abajo la mayoría de los partidos o, sencillamente, fundar partidos nuevos que no nazcan viciados por los errores del pasado.
Próximo domingo 13/06: La cuarta revolución industrial…
Juan José Ostériz