Libros por aquí, libros por allá, pedazos de escritos por aquí, pedazos de escritos por allá, ideas por aquí, historias por allá, hojas sueltas por aquí, hojas sueltas sin terminar, temas por aquí, temas por allá. Ese es el rincón preferido de quienes llevamos dentro el murmullo de nuestras plumas inquietas que nos inunda como una feliz historia, un evento o como un recuerdo, que llevamos dentro del bolsillo a donde quiera que vayamos.
Tratamos de vencer el olvido más allá de lo que pueda representar el cansancio de pasar horas enteras en un pedazo de escrito que muchas veces nos lleva horas, incluso que borramos y volvemos a rehacer hasta encontrar lo que queremos expresar. En resumidas cuentas solo tratamos de mantener vivo el fuego ritual de la palabra. Decimos poco en un gran escrito o mucho en un corto párrafo.
Escribir no es camino de un día, lleva tiempo recorrerlo. No se arrima fácil al puerto con la red llena de peces. Hay que aprender a echar la red, insistir, trasnocharse y aprovechar todo lo que encontremos a lo largo en la travesía por los ricos mares del saber. Comúnmente cada uno elige el tema donde se sienta más fuerte. Saber llegar a la gente es lo más importante para quienes intentamos escribir o para quienes son escritores. Aunque no sea fácil llegar a cada lector, es la única oportunidad con que contamos los soñadores y el placer que sentimos de poder volar por los cielos del pensamiento. Si con mis alas no puedo llegar a la cumbre de los cóndores, la imaginación podrá llevarme más allá del vuelo de los ángeles.
El valor expresivo de quienes escriben presupone la riqueza inagotable de matices que incumben a su talento y fantasía.
«Escribir es mostrar la huella digital del alma, desnudarse y nadar, volar y sentirse libre»
(Maikel Aguirre)
He aquí el estilo y grandeza personal de los mejores:
García Márquez atesoró la esencia de sus ancestros perpetuándola en episodios y circunstancias; maestro de la pequeña y gran historia acaecida en Colombia que tuvo la gran capacidad de resaltar hechos, gente y sus propias experiencias vividas sobre su tierra ardiente Aracataca (Macondo) ¨Cien años de soledad¨ su obra magna le hizo acreedor al Premio Nobel de literatura 1982.
La escritora rumana alemana Herta Müller ganadora del Nobel de literatura 2009, premio otorgado en vista de su fabulosa obra ¨En tierras bajas¨ son relatos en los que narra la historia cotidiana de un pueblo inmerso en la criminal dictadura de Nicolae Creausescu, libro que fue censurado por Rumania y aclamado por Alemania. Desde su experiencia y vivencias de niña que vivió la barbarie de un sistema represivo, cruel y sin guía familiar, no disfraza para nada como tampoco los niños de aquella época esas cosas vividas, guardadas en la memoria que años después saco a flote acerca de la muerte, de los juegos infantiles, del sexo, de la iglesia, de la escuela, de los sembrados, de los animales de cosas vistas por aquellos niños, cuya realidad narra sin disfraces en sus obras, de la falta de familia, de ejemplos, de guía, de la falta de comunicación y de sufrir la gran represión.
Tuvo que dejar su país por su inquebrantable papel en la defensa de los Derechos humanos. Las críticas llovieron ante su obra relista y se puede pensar surrealista de lo que como pasa hoy en el mundo, de querer tapar el sol con un dedo para anular las realidades crueles vividas sobre todo en países en guerra o gobernados por dictadores.
Su gran frase ¨Aplazo escribir porque le temo. Cuando escribo estoy poseída, es una adicción que me enferma y me cansa. Le temo a las palabras pues requieren de mucha precisión y con ellas toco cicatrices que estarán conmigo para siempre¨
Continúa…
Amanda Niño