Hacia el final del especial de la reunión de “Friends” de HBO Max, el presentador James Corden les pide a los seis actores que imaginen cómo serían las vidas de sus personajes ahora.
Chandler y Monica estarían casados. Al igual que Ross y Rachel. Con hijos, claro, lo mismo para Phoebe. El único misterio era Joey, que el actor Matt LeBlanc respondió con un chiste.
“Probablemente abrió una tienda de sándwiches en Venice Beach”, dijo.
Y ahí es cuando te pega la desilusión de “Friends: The Reunion”, estrenada el jueves en el servicio de streaming. ¿No habría sido increíble haber hecho ese viaje?
Es lo que más importa cuando alguien se reúne con amigos que fueron como familia en los primeros años de la edad adulta. ¿Cómo han cambiado todos? ¿Se cumplieron sus sueños? ¿Las desilusiones inevitables de la vida los derrumbaron o los fortalecieron? ¿Pueden seguir siendo amigos?
Probablemente existan muchas razones por las cuales los involucrados no trataron de continuar esa historia. Habría sido difícil. Seguramente no todos estaban en la misma página. Siempre está la posibilidad de fracasar. La gente quiere recordar la magia de “Friends”, no la pesada serie derivada de “Joey”.
La actriz Lisa Kudrow señaló que los creadores de la serie, Marta Kauffman y David Crane, dijeron que trabajaron duro para darle a cada personaje un final satisfactorio cuando la comedia de NBC salió del aire en 2004. En su caso, no ha considerado retomar el personaje de Phoebe.
“No quiero que el final feliz de nadie sea desenmarañado”, dijo.
En cambio, los personajes siguen congelados en el tiempo, para siempre, como aparecen en las repeticiones disponibles en HBO Max, claro.
La reunión para el servicio de streaming se retrasó un año debido la pandemia de COVID-19. Cada uno de los actores recibió 2,5 millones de dólares para aparecer en el especial, de acuerdo con Variety. A los espectadores les dicen que es la segunda vez que Kudrow, LeBlanc, Jennifer Aniston, Courteney Cox, Matthew Perry y David Schwimmer están todos en la misma sala desde que se filmó el final de la serie.
El comienzo es sumamente efectivo. Una puerta se abre en un foro vacío de Warner Brothers donde estaba el viejo set de “Friends”. Schwimmer entra solo, moviendo la cabeza en negación ante lo que tiene a la vista.
Uno a uno lo siguen Kudrow, Aniston, LeBlanc, Cox y finalmente Perry. Aniston y Cox reciben pañuelos para las lágrimas, y no será la última vez.
“¿Todavía están los diálogos de Courteney escritos en la mesa?”, dice LeBlanc revelando un secreto de su compañera de reparto.
Así comienzan dos horas de reminiscencias, ayudadas por generosos clips y apariciones de algunas personas que estuvieron en el programa. Maggie Wheeler, quien interpretaba a Janice, todavía tiene esa risa insoportable y explica cómo Perry la inspiró.
Corden preguntó si alguno de los actores jóvenes y atractivos se había enamorado de alguien en el elenco. Aniston explicó cómo ella y Schwimmer se gustaron mutuamente en la primera temporada, pero no pasó nada. Ella temía que su primer beso fuera en el foro de una escena, y eso fue exactamente lo que ocurrió.
“Simplemente canalizamos toda nuestra adoración y amor mutuo en Ross y Rachel”, dijo.
De forma inspirada, el programa entrelaza a los actores ahora leyendo sus diálogos de la escena en la cafetería donde ocurrió ese beso con lo que se vio entonces en pantalla.
Corden es, como era de esperar, un poco demasiado entusiasta y reverente.
“No puedo explicarles lo increíble que es estar aquí ahora con todos ustedes”, dijo. “Estamos grabando frente a la emblemática fuente en la que filmaron los créditos iniciales”.
Pero ahora no hay agua que salpicar.
Aunque el programa ofrece risas, sonrisas y sentimientos cálidos y confusos, finalmente se vuelve tedioso. Para cuando Justin Bieber sale con el disfraz de papa que Schwimmer usó en un episodio de Halloween, se llega al punto más bajo.
Es cuando te das cuenta de que, a pesar de todo el talento involucrado, “Friends: The Reunion” no ofrece mucho más que cualquier otro especial de aniversario de televisión que has visto, y olvidado, antes.
“No volveremos a hacer esto en 15 años”, dice Cox, tratando de enfatizar la singularidad de la reunión, antes de dirigirse a sus excompañeros. “Pero no vamos a esperar tanto para cenar”.
Eso sí que es algo de lo que nos encantaría ser parte.