La farmacéutica estadounidense Pfizer y la empresa alemana BioNTech se comprometieron este viernes a entregar 2.000 millones de dosis de su vacuna contra el COVID-19 a países de medianos y bajos ingresos, en medio de reclamos internacionales de mayor solidaridad.
Las empresas, fabricantes de la primera vacuna autorizada en Estados Unidos y Europa, así lo anunciaron en una cumbre global de la salud en Roma auspiciada por el ejecutivo de la Unión Europea e Italia.
El CEO de Pfizer, Albert Bourla, dijo que esperan entregar 1.000 millones de dosis este año y otro tanto el año próximo.
No estaba claro si las entregas se realizarían a través de COVAX —el programa respaldado por la ONU que busca garantizar la igualdad de acceso a las vacunas a los países de ingresos bajos y medianos— o si los países obtendrían las dosis a precios reducidos.
Bourla dijo que su empresa aprobó el año pasado una norma de tres niveles de precios para que los países de bajos ingresos pudieran adquirir la vacuna a precio de costo y los de medianos ingresos a la mitad del precio que se cobra a las naciones más ricas.
Días atrás, la campaña COVAX sufrió un duro revés cuando su principal proveedor, el Serum Institute de India, anunció que probablemente no exportará más vacunas hasta fin de año debido a que debía dar prioridad a la crisis de COVID-19 en el subcontinente.
A medida que avanzan las campañas de vacunación en Occidente, los países más pobres tienen dificultades para aprovisionarse. El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su preocupación esta semana acerca de la pequeña cantidad de dosis que han llegado a África.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhortó a los países ricos a donar sus vacunas antes de inmunizar a jóvenes y niños. Los expertos advierten que permitir la transmisión descontrolada del virus en cualquier parte del mundo podría conducir a la aparición de variantes potencialmente peligrosas.
Durante la cumbre de salud en Roma, el primer ministro italiano, Mario Draghi, dijo el viernes que se han aplicado casi 1.500 millones de dosis en más de 180 países del mundo, pero que apenas 0,3% corresponden a los países de bajos ingresos y el 85% a los países ricos.
“Las diferencias en las tasas de vacunación son sobrecogedoras”, dijo Draghi en el evento, al que asistieron representantes del Grupo de los 20 países industrializados y mercados emergentes, así como jefes de organizaciones internacionales. “Las disparidades no sólo son inaceptables, sino que constituyen una amenaza a medida que el virus sigue circulando libremente por el mundo, puede sufrir mutaciones peligrosas y socavar las campañas de vacunación más exitosas”.